Crónicas, entrevistas y retro-reseñas

THE CORRS EN ALMA FESTIVAL MADRID: COMO EN CASA [CRÓNICA]

Aunque en el Ayuntamiento de Madrid haya quien opine lo contrario, nada como un buen parque público para sobrellevar una ola de calor como esta primera del verano... Si no, que se lo pregunten a las cerca de 5.000 personas que llenaron el recinto del Enrique Tierno Galván, espacio de nuevo elegido por el Alma Festival para celebrar su segunda edición capitalina. Auditorio hasta arriba literalmente— alrededor de las 22:00 horas del 30 de junio para disfrutar de un regreso muy esperado. The Corrs, la banda irlandesa de las hermanas Andrea (voz), Sharon (violín), Caroline (batería) y Jim (guitarra) regresaba a la ciudad 21 años después y lo hacía para celebrar el 30º aniversario de su debut discográfico Forgiven, Not Forgotten. De hecho, aquella sería la última parada de su gira 'Summer Sunshine 2025' tras pasar por Barcelona el día anterior. 

Gran expectación entre un público con ganas de cantar —me refiero a que antes de las 22:00 ya cantó Angel de Robbie Williams y cierto tema de la BSO de Friends y que no tuvo que esperar mucho más porque el concierto comenzó más o menos según el horario previsto. Declaración de intenciones con la primera Only When I Sleep, de su segundo álbum Talk On Corners; Forgiven, Not Forgotten no sería tan sumamente protagonista del 'setlist' como pudimos pensar a priori. El personal estaba tan a tope que pareció no reparar en la voz de Andrea, entre ronca y desafinada, aunque por suerte no tardó en entonarse a partir de la segunda Give Me a Reason. Ahora bien, en todo momento hizo gala de una actitud más que positiva, hasta el punto de parecer revolotear sobre el escenario como si se tratara de un hada de su país de origen... 

"Buenas noches, Madrid, es un gran placer estar esta noche aquí y nos sentimos como en casa (...) es nuestro último concierto de la gira", saluda Andrea en un castellano casi tan bueno como el de su hermana Sharon, por cierto, más "en casa" que ninguna porque ha vivido unos cuantos años por aquí —y quizás continúe. "La música es un gran alivio en estos momentos duros en todo el mundo (...) el amor está aquí y vamos a celebrarlo esta noche", añadió la cantante antes de proseguir con Forgiven, Not Forgotten, Summer Sunshine y What Can I Do.

Los grandes éxitos de la banda fueron los más coreados y celebrados, sin duda, pero lo cierto es que el concierto fue más que eso... Así fue como al filo de las 23:00 tuvo lugar uno de los momentos más especiales de la velada. "Viene Caroline ahora", exclamó Sharon, y la tercera en discordia abandonó su lugar tras la batería para acompañar a sus hermanas en el centro del escenario y tocar un instrumento llamado bodhrán, una especie de pandero—, en un set más íntimo y acústico. Tras saludar al público irlandés presente en el Tierno Galván, precisamente a continuación Andrea dio paso a una canción sobre sus compatriotas que tuvieron que emigrar para buscarse la vida. La canción era Ellis Island y hacía mucho tiempo que no veía un auditorio guardar silencio de semejante manera —hay esperanza, así sí

Antes también habían sonado otros temas que tampoco vas a encontrar en las radiofórmulas, como White LightMy Lagan Love —en esta última el sonido no fue el mejor entre las primeras filas, qué pena, pero no invitaron a guardar aquel silencio ni a encender las linternas de los móviles. "Qué altos y qué guapos sois, time to party", y The Corrs revolucionaron de nuevo el lugar al son de Haste to the Wedding, otro de los cortes instrumentales tradicionales que incluyeron en su repertorio. Por cierto, igualmente sorprendente resultó escuchar versiones como Old Town de Phil Lynott auténtico héroe nacional, doy fe, y el tema con el que Jim pudo lucirse a la guitarra— y Dreams de Fleetwood Mac, pero también gustaron. 

Mientras tanto, Andrea Corr se había convertido en la reencarnación de 'Áine', diosa del cielo en la mitología celta y reina de las hadas irlandesa, y desprendía buena energía por todo el escenario. Daba igual si cantaba o tocaba la flauta, encantada de la vida. Runaway podría haber sido un gran colofón, además, para dar sentido a la gira aniversario del disco Forgive, Not Forgotten, pero la banda no tardó en regresar al escenario de Alma Festival para entonar los bises y entonces no faltaron ni All The Love In The World y, por supuesto, Breathless. Entonces sí, un broche inmejorable para una noche inolvidable 21 años después.

Texto y fotografías: Alberto C. Molina 

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