Crónicas, entrevistas y retro-reseñas

SANTERO Y LOS MUCHACHOS EN MADRID: LITURGIA CONTAGIOSA [CRÓNICA]

Fotografía: Carmina Córdoba

Los valencianos ya hicieron los deberes y cumplieron en Madrid este año, en enero. Entonces actuaron en formato "trío acústico" en cierto teatro de la Gran Vía. Ahora bien, pudiendo rematar en diciembre en eléctrico y con toda la banda... como para perderse el último concierto de 2021 de Santero y los muchachos. Primera sorpresa de la noche del sábado, la Sala Mon está en el número 36 de la calle Hilarión Eslava, justo donde anteriormente estaba Penélope. ¿En qué momento cambió de nombre?, ¿ocurrió antes o durante la pandemia? Ni idea, pero resulta que en el interior, en mitad del recinto, no había ni rastro de aquellas dos infames columnas. Como el gallinero sí estaba en su sitio, hasta allí hubo que abrirse camino poco antes de que el concierto comenzara. 

Desconozco si se había colgado el célebre cartel de "todo vendido", pero desde las alturas apenas se veía un hueco en la pista y se trata de un aforo entre 800 y 1000 personas. Así que cuando los hermanos EscriváMiguel Ángel (voz y bajo), Josemán (guitarra) y Javi (teclados), Soni Artal (guitarra) y Pau García-Serra (batería) aparecieron en el escenario a las 21:15 horas, empezaron a tocar Volver a casa y su público no tardó en responder coreando, di por hecho que se cumplirían las expectativas de unos y otras. "Desde el 2020 no nos veíamos", Miguel Ángel aguantó sin saludar a las "caras nuevas" y a los "feligreses repetidores" hasta He de olvidarte, la tercera del listado y, por cierto, también de su segundo y último disco hasta la fecha Rioflorido (2019). 

Fotografía: Carmina Córdoba

"Vamos con una de nuestro primer repertorio", y de su debut Ventura en 2017 cayó Con clase y sin escuela. A continuación, "una canción que no hemos tocado aquí, fruto del confinamiento", y que tampoco podía ser otra que Tu sombra al sol. No recuerdo si el contrabajo tomó el relevo del bajo antes o después de Amigo infiel, pero seguro que ya presidía el escenario cuando la sala coreó con energía Homenaje, otro tema de Ventura: "Arda la hoguera, todo lo sentido y querido... Arda el recuerdo como la madera"

Precisamente tan encendido estaba el personal, tan metido en el concierto, que pasó por alto los problemas con una de las guitarras. Entonces llegó el turno de ¿Qué voy a hacer?, un clásico de La Pulquería que "ya sonó aquí, en la antigua Penélope", y hubo que subir el volumen del micrófono de Miguel Ángel porque con todo el mundo cantando no había manera: "¿Qué voy a hacer si tú te vas? ¿Qué voy a hacer si tú no estás?". Por cierto, ¿Qué voy a hacer? formará parte de Royal cantina, el álbum doble que verá la luz en 2022, y en el que también encontraremos una Carretera de El Saler que acto seguido fue recibida con bastante menos entusiasmo. 

Fotografía: Carmina Córdoba

Alrededor de las 22:00 sonó El tipo del espejo, otra de las nuevas composiciones. El contrabajo ya había desaparecido y la comunión entre músicos y feligreses parecía estar rota. Mucha gente estaba de cháchara y yo, sin entender cómo se puede comprar una entrada y acabar pasando del concierto de semejante manera. De repente me fijé en otro detalle: las mascarillas que tendrían que estar cubriendo narices y bocas eran minoría en la sala. ¡Minoría absoluta! 

Juraría que su uso debía ser obligatorio, pero después de asistir a unos cuantos conciertos en los tiempos del Covid-19, aquí en Madrid, he comprobado que la "cultura segura" es una guerra difícil de ganar. Por ello, y por no llorar, en esta crónica quiero ser más original. Por favor, quien se quite la mascarilla en un concierto que no sea para beber y/o comer, que antes se asegure de tener una cara digna de mostrar. Si no, que se aleje de las primeras filas para no destrozar la "foto finish" que el grupo comparte en sus redes sociales. 

Otro paréntesis tuvieron que hacer los valencianos antes de la traca final. En concreto sucedió justo antes de Cuida de ti y se debió a algún que otro problema técnico. Afortunadamente todo volvió a estar bajo control —incluso el público volvió a prestar atención a lo que sucedía sobre el escenario— para disfrutar de El perdedor.

Fotografía: Carmina Córdoba

Quizás también sean cosas mías, pero me atrevería a escribir que esta canción de Rioflorio cada vez es más celebrada y coreada en directo: "sabes que el vuelo bravo es con caída y no hay canción si no hay herida. Ser perdedor para contar que perder te enseñó siempre más que ganar". Un clásico menor de edad y el clímax en la particular liturgia de Santero y los Muchachos

Si en 2022 la banda continúa haciéndolo tan bien, tanto en directo como en un estudio de grabación, y aumenta el número de adeptos a su causa, con o sin mascarillas, habrá que pensar en nuevos templos para celebrar las próximas ceremonias.

Fotografías: Carmina Córdoba

Texto: Alberto C. Molina

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