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LOS ZIGARROS, DOBLE SESIÓN EN COSTELLO: ALGO MÁS QUE ROCK 'N' ROLL [CRÓNICA]

Fotografía: Guillermo Molina [Flickr]

Los Zigarros regresaron a Madrid el 12 de diciembre. Lo hicieron siete meses después de la presentación de su homónimo debut y, además, por partida doble en la Sala Costello. La primera sesión, en horario de tarde-noche, que por poco no colgó aquello de “no hay billetes”, y la segunda, de noche y con todas las entradas vendidas —aforo de 100 personas—. Siete meses, tiempo suficiente para descubrir hasta qué punto se consolida este proyecto y, de paso, resolver una duda personal: Los Zigarros, ¿auténtica revelación del Rock en castellano o una moto que hemos tratado de colocarte entre unos y otras?

Alrededor de las 20:00 horas, con 30 minutos de retraso sobre el horario previsto —que todo hay que escribirlo—, Los Zigarros aparecieron sobre el escenario de nuestra particular 'The Cavern'. Al frente, el cantante y guitarrista Ovidi Tormo; su hermano y también guitarrista Álvaro, a su diestra; el bajista Nacho Tamarit, a su siniestra y, cerrando filas tras la batería, Adrián RibesArrancaron con Cayendo por el agujero y Hablar, hablar, hablar..., directas, muy directas. Sin embargo, faltaba algo: el público aún no había entrado en calor. Quizás por ello Ovidi exclamó algo así como “¡vamos a tocar un poquito de Rock 'n' Roll, Madrid!” y, entonces sí, las primeras filas se agitaron.

En aquellos primeros compases también sonaron No obstante lo cuasu versión del argentino Pappo cuyos riffs no pudieron resultar más AC/DC—, Tras el cristal y Voy a bailar encima de ti. En algún momento también sonó Desde que ya no eres mía, aquel tema que horas después se convertiría en el segundo single. Sobre el escenario los cuatro eran uno, pura actitud. Los Tormo presumen de hacer lo que les sale de la púa con los tres acordes de Chuck Berry y lo bordan. Sin embargo, de Adrián y Nacho no tenía tantas referencias y me convencieron igualmente desde el comienzo. En especial Nacho, quien se movía y tocaba de tal forma que por momentos parecía un tercer guitarrista. 

“¡Nos vamos a ir!”, bromeó Ovidi y nos dieron las 21:00 con Hoochie Coochie Man, el clásico blusero compuesto por Willie Dixon y popularizado por Muddy Watters en 1954. Y aunque Antes de los muertos y Dispárame podrían haber supuesto un gran broche para el concierto porque a esas alturas el personal cantaba y brincaba eso y más, hubo tiempo para un par de bises: Something Else de Eddie Cochran, y de nuevo su primer single Hablar, hablar, hablar... Ovación cerrada y unánime satisfacción entre el público.

Prácticamente cayó el mismo listado del álbum y en el mismo orden, lo cual no nos sorprendió porque un único disco tampoco da mucho más de sí... ¿Se limitaron a tocar Rock 'n' Roll? Afirmativo, el Rock 'n' Roll de Chuck Berry y Eddie Cochran, Tequila, Loquillo o Fito, pero hicieron algo más, echarle ganas y no guardarse nada. Si pretenden llegar a lo más alto y mantenerse ahí, ese es el camino. 

  • Crónica publicada a partir del texto original de Alberto C. Molina en la revista La Heavy.

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