Con el segundo disco en solitario del de
Brooklyn se produjo un curioso fenómeno más propio de ingeniería,
aquí y ahora llamémoslo "realimentación". Durante su etapa en "La Velvet", The Velvet Underground, influyó en David Bowie y en el guitarrista de cabecera de este, Mick Ronson.
Como es lógico aquéllo duró mientras permaneció en la banda, es decir,
hasta 1970. Dos años después llegó su primer álbum de estudio en
solitario… y el segundo también, no pudo esperar más.
Y aquí es donde
aparecen en escena Bowie y Ronson otra vez, pues fueron los productores de Transformer.
De manera que el rizo se riza, se regresa a la casilla de salida, se
hace la “realimentación” cuando ambos vuelcan su percepción de la música
sobre alguien de quien tomaron prestada una parte. Me sigues, ¿verdad? Aunque pueda resultar extraño, el resultado fue
sencillamente mejorar al uno con lo mejor de los otros.
Con semejantes consejeros —y
especialmente el primero de ellos—, el hilo conductor del trabajo sólo
podía ser Glam Rock. Pero esta influencia no se limitó a lo musical. No
hay más que fijarse en la imagen de la carátula del disco, camaleónica, casi "transformista". Además, tampoco debe olvidarse la sombra de "La Velvet" en
este listado, ya que pese a ser menor que en el caso del primer y
homónimo trabajo en solitario, cuenta con cuatro canciones que fueron
interpretadas por la banda: Andy’s Chest, Satellite of Love, New York Telephone Conversation y I’m So Free.
Aunque habría que destacar en este sentido principalmente las dos
primeras, por haber sido grabadas tiempo atrás por el grupo —entonces no
fueron incluidas en ningún álbum y en Transformer aparecieron con un tempo inferior próximo a la balada—.
Antes de Andy’s Chest, Vicious, el tema que surgió de una propuesta de Andy Warhol —¿será el mismo que el del Chest?— y mereció la pena. A continuación, Perfect Day, lento, parece que salió de la mismísima voz de Bowie. Volvemos a reconocer a Lou en Hangin´´Round,
movido, pero manteniendo la apuesta por el piano, para disfrutar de él
con su canción —y su “doo do doo do doo”— más célebre, Walk on the Wild Side,
una de esas que, pese a no conocer su autoría, todo el mundo la ha
escuchado un par de veces no se sabe dónde. Su ritmo es lento, nada de
salvaje, como la siguiente en el listado, Make Up de aires circenses.
Después de un momento tan mítico —pese a dejarte algo frío—) como Satellite of Love, Wagon Wheel resulta todavía más luminosa. Y tras una transición por aquéllo de su brevedad, I’m So Free, en mi opinión lo mejor del listado junto con Vicious, Perfect Day y Walk on the Wild Side —y con
permiso de ese estribillo tan poco original—. Se despide el músico con
un “Buenas noches” que no se cuenta entre lo más destacado, pero más que
apropiado para cerrar un disco que es recordado como uno de los mejores
de los setenta.
1. Vicious
2. Andy’s Chest
3. Perfect Day
4. Hangin’ ‘Round
5. Walk on the Wild Side
6. Make Up
7. Satellite of Love
8. Wagon Wheel
9. New York Telephone Conversation
10. I’m So Free
11. Goodnight Ladies
Texto: Alberto C. Molina
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