MANUEL CARRASCO EN MADRID: "SALVAJEMENTE SALVAJE" [CRÓNICA]
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Fotografía: www.facebook.com/riffproducciones |
El Palacio de Deportes (Movistar Arena) acogió la presentación de Pueblo Salvaje II, décimo disco de Manuel Carrasco, en Madrid y por partida doble, días 11 y 12 de septiembre. Tras más de dos décadas de carrera y conciertos tan destacados como el ofrecido en el Santiago Bernabéu en 2024, el artista onubense disfruta de una etapa en la que ya no tiene que demostrar nada a nadie. Quizás por ello nadie mejor que él mismo para afrontar cada gira como un nuevo reto e intentar que cada espectáculo acabe siendo mejor que el anterior.
"Pueblo Salvaje cada vez se hace más grande y Madrid una vez más fue prueba de ello (...) Qué importante está siendo que estas canciones las estéis haciendo vuestras, siendo una ventana al alma donde mirarnos (...) está siendo de lo más bestia que he vivido encima de un escenario", en palabras del propio Manuel después de la primera velada en la capital. Una primera jornada en el marco del llamado 'Tour Salvaje' que dio comienzo alrededor de las 20:40 horas mientras terminaba de sonar el Like a Rolling Stone de Bob Dylan en el recinto y los más rezagados ocupaban sus localidades.
Ante unos y otras —17.000 personas, todo vendido—, un escenario con un gigantesco arco de luces, bastante ornamentación vegetal y unas pantallas gigantes que daban la bienvenida al "Pueblo Salvaje". Entonces se hizo el vídeo, una intro todavía más peliculera que aquella del Bernabéu, al más puro estilo 'spaghetti western'. "¡Madrid, arriba!", gritó Manuel Carrasco, de blanco, con flecos y guitarra en ristre durante estos compases iniciales y ya, no necesitó más para encender al personal. Gradas en pie para disfrutar de El grito del niño, Pueblo Salvaje, Corazón y Flecha y Hay que vivir el momento.
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Fotografía: www.facebook.com/manuelcarrascooficial |
"Buenas noches, Madrid. Bienvenidos a 'Pueblo Salvaje', sabéis que esta es mi casa porque llevo media vida en Madrid y parte de los mejores conciertos y momentos los he vivido en esta ciudad. Quiero que sintamos que estamos aquí y no en otro sitio, que nos dejemos llevar. Os quiero mucho, va por ustedes", y aquello se vino abajo tras el primer paréntesis y el correspondiente "lololó" de las grandes ocasiones, justo antes de dar paso a Siendo uno mismo. De semejante manera había volado la primera media hora de concierto.
"Bueno, Madrid, ¿qué?, ¿tenemos ganas de seguir? ¿No estaréis cansados, tenéis fuerzas?", y todo el mundo allí reunido, por cierto, de todas las edades, respondiendo al unísono como si se tratara de una recreación de la escena de la madre de Brian de Nazaret y sus seguidores... "Voy a cumplir mi mandamiento, no perder el tiempo y vivir ahora, que mañana Dios dirá. Porque aunque lo lleve por dentro, sobran argumentos pa' gritar que no, que no, que no me da la gana, que no me voy de aquí hasta por la mañana", parece mentira que esta canción solo tenga un par de añitos desde que viera la luz junto con Morat, pero Hasta por la mañana ya se ha convertido en una de las favoritas del público en directo.
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Fotografía: www.facebook.com/riffproducciones |
Tras semejante despliegue de intensidad, en el graderío pudimos volver a sentarnos porque llegó la hora de disfrutar de Uno x uno y Salitre en un formato más acústico. "No dejemos de soñar con un mundo mejor, con más humanidad", y las linternas de centenares de móviles iluminaron el recinto al son de No dejes de soñar. Sobre el papel Que nadie tendría que haber seguido esa línea, pero un coro góspel se encargó de que aquello se nos volviera a ir de las manos a lo Sister Act. No nos habíamos recuperado cuando Manuel se dispuso a entonar algunas canciones a solas con su guitarra —pero sin renunciar a los flecos, que conste—.
Entre esas canciones no faltó Mi Madrid, interrumpida por una más que sincera ovación y culminada con el recurrente "lololó". "Hay mucha gente que tiene mucho poder y dinero, pero no tienen dignidad. Y hay mucha gente que tiene muy poco, pero nunca han perdido su dignidad. Esta canción va por ellos", y Mi dignidad se saldó con otro momentazo, con el cantante por los aires literalmente antes de un nuevo parón.
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Fotografía: www.facebook.com/manuelcarrascooficial |
Sin flecos regresó Manuel Carrasco al filo de las 22:00 horas para entonar Ya no. La calma que precedió las palmas y los cánticos de Tambores de guerra, con un saxo muy protagonista y muy Pop-Rock, y Yo quiero vivir con palo selfie y baño de masas entre las primeras filas. A continuación el escenario se vació brevemente, pero en el Palacio el entretenimiento seguía gracias a una 'kiss cam' —"Bésame salvaje", así, sin coma— de la que nadie huyó. El concierto tardó en reanudarse algo más de la cuenta porque Manuel prefirió esperar hasta que se resolvió algún tipo de indisposición entre el público.
La velada se retomó con él a solas al piano y al son de Me dijeron de pequeño: "una canción muy especial, todavía no me creo que esté en Madrid tocando en un sitio como este, con emoción, lo más bonito del mundo". Y si esa era muy especial, la siguiente Y ahora también al piano fue de categoría 'más que especial'. "Un pasito más, que sí se puede, uno y otro más, mujer valiente. Lo que diga está de más, ya sé que quieres gritar y no te sientas sola, contigo estoy. Todas las luces del mundo iluminan tu vereda y cada herida la llenan con el amor más profundo. Pero si la noche es larga y sientes que estás perdida, recuerda mi melodía, que te quiere y acompaña", resultó tan emotiva Mujer de las mil batallas que incluso la emoción se vio reflejada en sus ojos desde la grada.
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Fotografía: www.facebook.com/manuelcarrascooficial |
Serían las 22:30 horas y Eres fue la canción con la que cambiamos de tercio, una especie de aperitivo antes de que el ritmo de Prohibida —y cierta pareja de "fans" bailando en el escenario— y de La reina del baile llegara a todos los rincones del recinto. Qué bonito es querer podría haber sido un gran broche con todo el mundo dando saltos, pero no... "Esta bandera representa el espíritu de este disco. Es importante pararse en lo que realmente merece la pena, mirarse dentro e intentar ser fuerte. Esa es la idea de este disco, por eso quiero deciros, Madrid, tú tienes el poder", tal cual, Tengo el poder.
"No podemos más, estamos reventados", exclamó el de Isla Cristina —medio de broma, medio de veras— refiriéndose a la banda cuya presentación tampoco faltó: François Le Gofic (guitarra), Cristian Chiloé (batería), "'La Pucci' de San Blas" (coros), Gala Celia (percusión), Javier Lozano "'Loza' de Coslada" (teclados), Pepe Curioni (bajo), David Carrasco (saxo, director musical y primo) y Roberto Lavella (guitarra), quien había sido padre ese mismo miércoles. Mientras tanto el Palacio insistía en corear "que no, que no me da la gana, que no me voy de aquí hasta por la mañana..." poco antes de que el concierto terminara definitivamente sobre las 23:00 horas.
"Lo de Madrid se nos fue de las manos, perdimos el coco, el corazón se disparó… La energía que hubo todavía me recorre el cuerpo, no solo fue una fiesta para los sentidos, fueron todos los pueblos unidos, y fue salvajemente salvaje. Allí se hizo real este pueblo nuestro que grita verdad y rebeldía. Gracias a los que creen en toda esta locura, a los que no se dejan llevar por la moda del momento y no siguen al rebaño. Gracias por hacerlo posible. Seguimos".
Texto: Alberto C. Molina
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Fotografía: www.facebook.com/manuelcarrascooficial |
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