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LUCINDA WILLIAMS EN MADRID: LECCIONES DE VIDA [CRÓNICA]

En un primer fin de semana del verano repleto de conciertos en Madrid, especialmente al aire libre con festivales como Kalorama y Noches del Botánico, el 21 de junio hubo quienes no dudaron en acudir a La Riviera. El porqué, la visita de una verdadera dama del country. Toda una leyenda viva, tal cual, la mismísima Lucinda Williams. Tras su paso por Barcelona y Vitoria-Gasteiz, la cantautora estadounidense regresaba a la capital y lo hacía acompañada por los guitarristas Marc Ford y Marc Pettibone, el bajista David Sutton y el batería Brady Blade. Además, con un último disco de título Lucinda Williams Sings The Beatles From Abbey Road publicado a finales de 2024, séptimo volumen de su serie 'Lu's Jukebox' y con Reckless Kelly como grupo invitado. 

Lamentablemente no hubo manera de llegar al recinto a las 20:00 horas para descubrir cómo se las gastaban en directo Willy Braun y compañía por cierto, su primera vez en España, pero a las 21:30 allí estaba todo el mundo preparado porque la artista de Louisiana y su banda fueron puntuales. No hubo lleno, pero la entrada fue muy buena igualmente y más teniendo en cuenta semejante oferta musical aquella tarde-noche de sábado. Ambiente inmejorable, como los temas que sonaron antes para amenizar la espera como Dead Flowers de los Rolling Stones. Cómo se agradece un público que va a lo que va, no a hablar a voces de banalidades...

Siendo sinceros, el concierto planteaba algunas dudas. Para empezar y lo más importante, el estado de ella. En 2020 la artista norteamericana sufrió un derrame cerebral. Aquello afectó algunas de sus habilidades motoras y estuvo hospitalizada durante semanas. En su banda también había cambios, pues unos cuantos presentes en La Riviera echaban de menos al guitarrista Stuart Mathis y al batería Jonathan 'Butch' Norton, cuyos puestos habían ocupado Marc Ford y Brady Blade respectivamente. Por último, el repertorio. Según las notas de prensa previas, tratándose de la presentación de su disco Lucinda Williams Sings The Beatles From Abbey Road, lógicamente caerían unas cuantas versiones de los Beatles en detrimento de sus propias canciones, algo que sus seguidores quizás no encajarían del todo bien...

Las primeras sensaciones no fueron positivas al ver a Lucinda caminar con dificultad y con ayuda por el escenario. Sin embargo, entonces comenzó a sonar Can’t Let Go, ella cantó y respiramos aliviados porque su voz estaba intacta. Al verla frágil a sus 72 años aferrada en todo momento al pie de micro, parecía que no aguantaría más de una hora allí arriba, pero lo hizo. Actitud encomiable. Bravo por ella. En cuanto a sus "nuevos" compañeros de carretera, Marc Ford y Brady Blade no podrían haber convencido más al personal, junto con Marc Pettibone y David Sutton hicieron gala de una calidad incuestionable en todo momento. Bravo por ellos.

Seguía pareciendo increíble que Lucinda defendiera aquellos temas de una carrera de más de 40 años con aquella dignidad y entereza a pesar de lo anteriormente expuesto, se encargó de activar a su también veterano público al son de una Rock & Roll Heart que se celebró, aunque no tanto como el clásico Car Wheels on a Gravel Road, ovación tras ovación. De hecho, incluso se celebraron las anécdotas que compartía entre canción y canción, como cuando se puso a hablar de las bondades de la comida de Lousiana —"os animo a probar, a menos que seáis vegetarianos", bromeó o se disculpó por el exceso de turismo extranjero en nuestras ciudades. ¿Anécdotas?, perdón, lecciones de vida. Todo el mundo parecía atender con gran admiración y emoción.

Difícil destacar unos momentos por encima de otros debido a la carga emocional de la velada, pero la sección instrumental de Are You Down gustó tanto que los aplausos retumbaron en todos los rincones de La Riviera, por concretar algún ejemplo. Hubo que esperar hasta la hora de concierto, tras la presentación de su banda y You Can't Rule Me, para que Lucinda hablara del disco que grabó en el legendario estudio londinense para rendir homenaje al cuarteto de Liverpool, pero mereció la pena porque la versión escogida para la ocasión fue una sobresaliente While My Guitar Gently Weeps en la que su voz y su actitud volvieron a emocionar. Un concierto para recordar y una mujer a la que hay que seguir escuchando porque todavía tiene mucho que contar y que cantar.

Texto: Alberto C. Molina 

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