Crónicas, entrevistas y retro-reseñas

RAFAEL DI BELLO (LA VELA PUERCA): "HEMOS TENIDO QUE REMONTAR VARIOS PARTIDOS" [ENTREVISTA]

La Vela Puerca visita Palma de Mallorca, Málaga, Murcia, Valencia, Madrid, Pamplona y Barcelona entre el 28 de abril y el 10 de mayo para celebrar su 30º aniversario de la mano de El Dromedario Records. En 2023 el grupo uruguayo festejó el 20º aniversario de sus primeros conciertos en Europa tal y como nos explicó Santiago Butler [ENTREVISTA], asi que ahora cambiamos de guitarrista y Rafael Di Bello se encarga de compartir la última hora sobre la formación y más...

¿Son cosas mías o siempre estáis celebrando algo, Rafael? 

Siempre estamos celebrando [risas]. Siempre estamos celebrando o lo ponemos como excusa para llegar a los lugares. En el 23 se dio la casualidad de que se cumplían 20 años del desembarco de la Vela Puerca en Europa. Yo creo que fuimos 12 o 15 años de corrido a Europa. Después aflojamos un poco porque empezamos a ir a otros lugares que teníamos un poco abandonados, México y Latinoamérica en general. Como siempre festejando que estamos vivos y juntos, que no es poca cosa después de 30 años siendo los mismos integrantes.

Tal cual, 30 años siendo los mismos y, además, si no me fallan los cuentas, sois 9. ¿Eso cómo se lleva?

Se lleva bien, creo que tengo que estar agradecido por tener unos compañeros de trabajo que son mis amigos, algunos son familia y, sin embargo, nos hemos llevado de puta madre en estos 30 años. Obviamente, como toda relación, con sus altibajos, pero siempre trabajando las diferencias para hacernos más fuertes y lograr una mejor convivencia. En definitiva, yo creo que lo hemos logrado. Si miro para atrás, en la relación humana no me arrepiento de nada, al contrario. Yo creo que en la banda cuidamos muchísimo más la amistad, sacrificamos la parte laboral por la amistad. La clave está en eso, en pensar lo mismo. Se ha sumado gente fuerte, pero nunca nadie se ha ido de la banda.

¿Y qué me dices de compartir protagonismo con otro guitarrista como es Santiago? ¿Siempre habéis encajado tan bien como parece?, si tienes algo que aclarar, es el momento...

No, no, ya te digo que no [risas]. Se trató de un proceso de conocernos, de abandonar egos, de complementarnos, de encontrar en el otro lo que no tiene uno, y lo sigue siendo, porque si bien las personas cambian, su esencia es siempre la misma. Yo creo que el secreto está en conocer esa esencia y trabajar desde ahí, qué es lo que hace bien el compañero, o dónde se desarrolla o se emplea mejor, si estamos hablando de un instrumento en sí. Todos en la banda opinamos de todo, entonces si yo le digo para hacer algún arreglo y él opina "no, mejor haz esto" y ahí ya sale el otro, "mejor esto". Es una democracia plena, un poco funcionamos así, casi todos opinamos de todo. 

Santiago también me comentó en aquella ocasión que ambos sois guitarristas "al servicio de la canción", y que un guitarrista virtuoso a veces no es tan útil para una banda. ¿Tú estás de acuerdo, o te lucirías un poco más? 

Bueno [risas], no estoy 100% de acuerdo. Yo creo que ser virtuoso y tener más conocimiento de tu instrumento, quizás no te hace mejor, pero podrías aportar mucho más a la música y a la canción, siempre respetando o teniendo ese faro de que lo que importa es la canción en sí. De hecho, yo nunca dejé de estudiar, sigo estudiando música, y todo te enriquece. Yo tuve la suerte de tener un padre melómano y me obligaba a escuchar música con él en el living de la casa. Yo me dormía [risas], pero recibí mucha data. Ya cuando empecé a estudiar guitarra, empecé estudiando guitarra española, guitarra clásica, y tocaba mucha música española de compositores españoles. Después allá en la adolescencia me fui para el Rock y conocí a Led Zeppelin, los Beatles... me fui por esas ramas. No soy guitarrista clásico ni nada, pero es algo que me gusta y es algo que me mantiene, lo hago sobre todo para mí. La idea es seguir abriendo la cabeza, a veces escuchando cosas nuevas.

Tengo entendido que el fútbol también es importante en el seno de la banda, pero no sé hasta qué punto, si es tema de debate entre concierto y concierto o sois todos de Peñarol y no hay discusión posible, claro... 

No, no [risas], yo soy de un cuadro chico como le dicen. En Uruguay hay dos cuadros grandes, Nacional y Peñarol, y después estamos el resto. Yo soy hincha de Defensor, que fue el primer cuadro que terminó con la hegemonía de los grandes al salir campeón allá por el año 1976. Yo voy con mis hijos a la cancha, es un lugar para reencontrarme con mi familia, con mis primos, con mi hermano, que va con sus cuatro hijos. Mi viejo fue dirigente del club muchísimos años, entonces tengo muchos conocidos siguiendo la tradición. El bajista [Nicolás Lieutier] también es un gran futbolero. De hecho, nosotros jugamos al fútbol juntos en una liga de fútbol universitario. Mayores de 40, pero seguimos jugando. El trompetista [Alejandro Piccone] también es todo de Peñarol. Es una banda futbolera, pero no todos. Santi, por ejemplo, ni ahí con el fútbol...

¿Y qué hay del fútbol europeo y del español en particular? 

Sé que el Barça está primero y el Real Madrid está un poquito ahí, pero está...

Venga, mójate.

No tendría que decirlo, pero te diría que soy más madrileño que catalán. Obviamente ver al Barcelona de Messi en esa época era exquisito, con Iniesta y todas las bestias peludas que había... eran los Globetrotters del fútbol, pero a mí me gusta Madrid. Hay gente que dice que el Real Madrid es el villano, pero a mí me encanta. Me gustaba mucho cuando estaba Ronaldo, cuando estaba Cristiano y cuando estaba Benzema también. 

Además, tú tienes un hijo que ha estado ligado al Real Madrid, ¿verdad? 

Sí, estuvo hasta este año, estuvo dos años jugando en la escuelita del Real Madrid, una fundación que está increíble. Muchos de los profesores son jugadores o ex-jugadores del Real Madrid. Es impresionante la cantidad de niños que hay, impresionante. No es barato, pero vale la pena.

¿Tiene carrera el chaval como futbolista o prefieres que sea músico entonces? 

No, no [risas], en eso no me meto. El fútbol es muy difícil, todos lo sabemos. Llega uno en un millón y no solo por jugar bien, sino por una cuestión de tesón y de meterle. Además, en Uruguay el fútbol profesional se concentra sobre todo en Montevideo, no en el resto del país, porque no hay gente, y en Montevideo somos millón y poquito de personas. Por eso la gente no entiende cómo hacen para sacar jugadores siendo tan pocos. El fútbol en Uruguay es un milagro.

Que conste que, al fin y al cabo, he sacado el tema del fútbol así tan poco sutilmente porque he visto algún vídeo de la Vela Puerca en la última edición del festival Quilmes en Buenos Aires y, si solo te fijas en vuestro público dando botes y ondeando banderas, parece que se trata de un partido de fútbol y no de un concierto...

Sí y eso es raro. El público argentino tiene esa forma de alentar, igual que en la cancha, es como ver una hinchada de fútbol, y en Uruguay se ha copiado un poco eso. En Uruguay es impresionante ver la cantidad de banderas de cuadros de fútbol, sobre todo de Peñarol. Hasta el punto que es un problema porque complica la visual para el público. Lo tengo que decir, no sé si está tan bueno eso. Para mí no está bueno asociar el color de un cuadro con una banda.

Aquí tendréis otro tipo de problemas. Me refiero en concreto a que, en España, cada vez hay más gente que en los conciertos pasa de la música y se limita a beber y hablar a voces. La situación ha empeorado hasta el punto de que algunos artistas se han quejado públicamente. ¿Estáis al tanto vosotros también de esto que está ocurriendo? 

Van, pero no escuchan nada. La desidia total, quizás van por moda o por ir al evento. Yo tengo un recuerdo, hace muchos años estábamos tocando en Viena, creo, en un festival, y estábamos dejando todo arriba del escenario, tocando a morir. Yo miraba a la gente y la gente estaba mirando para otro lado, conversando entre ellos, la gente no nos estaba dando bolas. Fue tal la indignación y el enojo, que venía un solo mío y dejé la guitarra en el piso, me acuerdo, me arrimé hasta el borde del escenario, llamé al público y me tiré. Me agarraron, pero lo más increíble es que no me desvolvieron al escenario, me llevaron al fondo del recinto, a la puerta. 

Te enseñaron la puerta, literalmente.  

Sí, me enseñaron la puerta [risas] y tuve que volver caminando hasta el escenario. Esas cosas pasan [risas], nos ha pasado de todo.

¿Entonces cómo veis de diferente o parecido el público latinoamericano del público europeo? 

En España hay muchos latinos, muchos argentinos, que son los que te bancan la ida, porque en principio vos precisás de esa gente para el apoyo. Pero a su vez, yo creo que generan un poco de miedo en el público local... como que estos locos se comen a los nenes crudos, porque son muy pasionales, ¿no? Es muy bonito de ver, pero te genera eso. Es algo como muy avasallante, como que no te deja lugar. Pero creo que, de a poco, por suerte, el público español se ha ido arrimando y ha tratado de entender cuál es la movida. Ojo, el público latino te malcría, porque después vos no tenés eso y lo extrañás, el loco eufórico gritándote adelante.

Como ya hemos sacado el tema del fútbol en esta conversación, me gustaría saber también si en estos 30 años de la Vela Puerca alguna vez ha habido alguna remontada, si habéis atravesado un mal momento que haya puesto en peligro la continuidad del grupo y cómo habéis logrado dar la vuelta a la situación...

No creo que hayamos tenido que remontar un 7 a 0, pero un 3-0 quizás sí. Sobre todo después del disco A contraluz [2004], cuando veníamos de un momento muy alto en Uruguay y Argentina y decís '¿ahora qué?, ¿cómo seguís?, ¿cómo supero esto?, ¿cómo me supero a mí mismo?, ¿y como banda?', y yo creo que ahí caímos un poco en algo que teníamos que salir adelante. Teníamos que sacar un cuarto disco que fue El impulso [2007], de hecho. Y es un disco con más fantasmas, digamos. Si escuchás las letras, tiene un poco más de eso, de afrontar el momento ese que estábamos pasando. 

Imagino que la salida del batería Lucas de Acevedo tampoco fue fácil para nadie.

No, no, para nada. Lucas, nuestro primer batería, decidió abandonar por un tema médico. La banda siguió y nos fuimos reinventando. Hemos tenido que remontar varios partidos, pero nunca nunca hemos estado nosotros en 4 a 0; siempre arrancamos un 2 a 0 abajo. 

A propósito de impulsos, imagino que el hecho de que un productor como Gustavo Santaolalla se fijara en vosotros con ese primer disco Deskarado del 98 supuso uno de los mayores impulsos para La Vela Puerca. 

Por supuesto que sí. En un principio creo que no éramos conscientes de lo que estaba pasando. Realmente no éramos nadie y después de hacer el primer disco, lo remezcló e hicimos dos discos más con él, una persona con ese prestigio. Fue un placer y una experiencia impresionante. A mí lo que más me llamó la atención fue que él nunca se metió en la cocina, me refiero a las canciones. Más allá de algún detalle, nunca dijo nada. Él te agarra a vos, a la banda, y saca de eso que vos le das, lo potencia a mil dentro del estudio, ¿entendés? Tiene una capacidad para trabajar con las personas y con la música que es superlativa. Fue un grandísimo comienzo, qué duda cabe. 

¿Qué otro momento positivo dirías que os ha marcado? 

Viajar a Europa ha sido muy importante, esas convivencias por un mes y medio, dos meses. Si no te terminas matando, te terminas uniendo, porque en definitiva es eso, ¿no? Tocar en festivales que nunca te hubieras imaginado, estar ahí en el mismo backstage con Pearl Jam, Beck, The Cure, Queens of the Stone Age, Trent Reznor... yo que sé, estar ahí [risas]. También fue importante conseguir una sala propia, nuestro estudio propio. Estuvimos muchos años trabajando para conseguir eso y lo logramos en el 2019, justito antes de la pandemia. Nos salvó la vida en ese sentido, porque estuvimos esos dos años de pandemia juntándonos todos los días. En Uruguay no hubo cuarentena, entonces podías juntarte. Nos salvó la cabeza, seguimos adelante trabajando y fue una gran balsa que nos mantuvo a flote, no sé qué hubiera pasado si no hubiéramos tenido eso. 

¿Y qué queda de aquellos músicos que grabasteis aquel primer Deskarado a finales de los 90? ¿Dirías que la esencia de La Vela Puerca sigue siendo la misma?

Yo creo que esa esencia sigue estando, pero a veces extraño un poco esos músicos que grabaron el Deskarado. Sobre todo por la inocencia y la rebeldía y el ser tan descarado, en ese sentido. En los inicios yo era el más chico, tenía 16 - 17 años, para mí fue una experiencia increíble. La banda ahora es mucho más madura, con mucha más vivencia y más conocimiento, pero un poco más cuadrada, o sea, con más limitaciones en cuanto a lo artístico. Somos más viejos [risas], ¿qué querés que te diga? 

Rafael, cuando empezaste en la Vela Puerca, sinceramente, ¿se te pasó por la cabeza que sería el proyecto de tu vida y que después de tanto tiempo estarías aquí? 

No, en mi caso no, porque yo en un principio quería dedicarme a otra cosa. La tenía muy clara, pero en un momento en mi vida me tuve que decidir y opté por esto. Yo soy veterinario, es algo que siempre me gustó, desde chico. Me gusta mucho el campo, me gustan mucho los animales. En determinado momento todos los integrantes de la banda dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se dedicaron 100% a la música. Yo les dije que iba a terminar la carrera porque tenía que hacerlo. Me llevó 10 años, pero la terminé. Me llevaba los apuntes de gira, que nunca los tocaba, pero me los llevaba [risas]. Terminé la universidad y la veterinaria se convirtió en mi hobby. Cada tanto, me voy al campo a trabajar. Cambio de mundo completamente, me hace muy bien. No me iría a vivir como un ermitaño, soy un bicho de ciudad, pero es como mi terapia. Logro canalizar un montón de cosas por ahí. 

¿Y después de celebrar este 30º aniversario?

Vamos a ver cómo terminamos este año, si sobrevivimos [risas]. La idea es seguir, por suerte tenemos proyectos y nos espera un año movidito. Nos queda disco para el año que viene, ya hay algunas ideas, pero queremos terminar la gira y sentarnos tranquilos a trabajar. El plan es que esté para 2026, veremos cómo serán los tiempos.


Entrevista: Alberto C. Molina

Más información en facebook.com/LaVelaPuerca.OFICIAL

 

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