RULO Y LA CONTRABANDA EN INVERFEST: FIDELIDAD DE LARGO RECORRIDO [CRÓNICA]
Si en 2023 Raúl Gutiérrez pidió a los suyos que se abrocharan los cinturones para volar sobre el cielo de Madrid y así cerrar etapa de 'Noches de Fuga y Contrabando', en esta ocasión Rulo les animó a no perderse un viaje único en tren con motivo de la gira de teatros 'Cercanías y medias distancias' que arrancó en diciembre. Dos años después, de nuevo en Inverfest, dos noches en la capital, 14 y 15 de enero. Primera vez de Rulo junto a la Contrabanda en el Teatro Circo Price tal y como él mismo explicaría durante la velada madrileña del martes 14.
Aunque no hubo lleno, muy buena entrada en el Price y, además, con personas de todas las edades tanto en la grada como en la pista, por cierto, con asientos también. Un detalle, como la estación ferroviaria recreada en el escenario, que hacía ver que disfrutaríamos de algo más que un concierto y el factor teatral sería importante. De hecho, el primero que pisó las tablas fue un jefe de estación 'vintage'. Instantes después, alrededor de las 20:00 horas, Rulo cruzó la pista con una maleta y, a solas con su guitarra, logró que la gente coreara Confeti para empezar: "Contigo dando tumbos por la vida, contigo hasta la última estación, contigo compartiendo dudas, compartiendo heridas, compartiendo calor".
'Fito' Garmendia (guitarra), Quique Mavilla (bajo, contrabajo y acordeón), Dani 'Pati' Baraldés (guitarra) y Cristian 'Chiloé' (batería) —con sus respectivas maletas— se reunieron con el cántabro en la particular estación del Price, perdón, de "Reinosa", entre la segunda y la tercera canción, Verano del 95 y Como Venecia sin agua. "Bienvenidos, bienvenidas a esta loca estación. Seis años sin hacer una gira
de teatros y nunca toqué antes con la banda en el Price, solo como
colaboraciones, sí, pero esta es la primera vez", comentó Rulo antes de interpretar Me gusta y La balada del despertador con la Contrabanda al completo.
"Uno con los años va cogiendo especial cariño a ciertas canciones y está es una de ellas", y desde ese instante hasta que Rulo soltó "viva la madre que os parió, que vivan las madres" para rematar, el personal lo dio todo al son de Heridas del Rock and Roll, primer momentazo de la noche. "Garmendia y yo bajamos a Madrid desde Reinosa con nuestras primeras canciones y de esa estación partieron todos nuestros sueños", y lo que sonó a continuación fue Dentro de una canción primero —su resumen de 25 años de carrera— y Buscando en la basura de La Fuga después, temas que electrificaron la atmósfera del recinto; en líneas generales el concierto fue más bien acústico, aires y arreglos diferentes incluso en los títulos más conocidos.
"He compartido escenario con mucha gente especial, pero hoy... tengo el enorme placer de presentar a la invitada de hoy, mi hija mayor Ruth", y el público dedicó a la joven teclista una gran ovación antes de disfrutar de Noviembre y cantar aquello de "cómo me acuerdo de aquel hotel, no te atrevías a subir, luego nos fuimos descalzos un poco borrachos, sin rumbo por tu Madrid". Tras partir desde Cantabria, nuestro particular tren había llegado hasta la capital. "Madrid, gracias por vuestra fidelidad, veníamos a por una noche y serán dos", agradeció Rulo antes de prender la mecha de Todavía y presentar a sus compañeros, dedicándole alguna que otra palabra más a su inseparable 'Fito' Garmendia desde La Fuga.
La flor deparó otro momento muy especial al bajar el cantante a la pista para repartir flores junto con un niño. Entre las más coreadas, una vez más, Por verte sonreír, a estas alturas todo un clásico de La Fuga. La gente tampoco se pudo contener con Mi cenicienta y arropó a Rulo, a solas sentado al piano bajo los neones de 'Moulin Rouge', porque nuestro particular tren había llegado a París: "Tú eres mi cenicienta que nunca tiene prisa, una bala perdida hecha a mi medida, cuando me siento herido me subes a un tejado y allí la vida es menos puta si estás a mi lado"
"Cada noche elijo una canción para hacer lo que me salga del corazón o de la entrepierna", bromeó Rulo y esa noche de martes La última bala fue la canción que —de la púa— le salió: "Quiero que la última canción
del disco no hable de trenes perdidos, de aviones que se estrellan en
la noche y de mis vasos vacíos". Ahora bien, nada como un clásico del calibre de P'aquí p'allá para poner en pie literalmente a todo el Price. Últimos compases de un concierto en el que también sonaron 32 escaleras, La cabecita loca y, por último, al filo de las 22:00 horas, antes de que el jefe de estación entregara a Rulo su maleta, El vals del adiós. Así concluyó este viaje tan particular que volvió a poner de manifiesto cómo Rulo no se guarda nada en las distancias cortas y que su carrera, al igual que la fidelidad de su público, es de largo recorrido.
Texto y fotografías: Alberto C. Molina
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