SHERYL CROW EN NOCHES DEL BOTÁNICO: REVENTÓN MUSICAL NOCTURNO DE MARTES [CRÓNICA]
Fotografía: Noches del Botánico / Víctor Moreno |
50 millones de discos vendidos y 9 premios Grammy después, Sheryl Crow actuó en Madrid con motivo de esta octava edición de Noches del Botánico. Su primera vez por aquí, a los 62 años y con permiso de aquella gira como corista de Michael Jackson a finales de los 80... y con suspense, ¡ojo! La organización del ciclo no pudo confirmar casi hasta las 22:00 horas del mismo 25 de junio la celebración de su concierto en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense. El motivo, el reventón térmico —tormenta, granizo— que cayó en la capital esa misma tarde de martes y que obligó a suspender la actuación de Jack Broadbent programada a las 20:45 horas.
"¡Oh, dios mío! ¿Y esa tormenta?, ¡qué noche tan loca! Gracias por estar aquí, estoy feliz", comentó la artista estadounidense tras arrancar el concierto —por fin— alrededor de las 22:30 horas. A pesar del chubasquero de cierto miembro del staff junto al escenario, ni rastro de la lluvia —por suerte—. Eso sí, tal y como Sheryl explicó minutos después, "a causa de la tormenta algunas cosas no funcionan esta noche". Sin problema, ¡faltaría más! Tras tanto tiempo esperando verla y escucharla en acción en Madrid, el personal que abarrotó el recinto disfrutó desde la primera canción —sorpresa—, Real Gone, aquella compuesta para la banda sonora de la película Cars de Pixar.
Un inicio sorprendente porque precisamente los clásicos de la estrella de Misuri fueron los protagonistas del repertorio. De hecho, del listado de su último disco publicado este mismo año, en el Jardín Botánico solo escuchamos la titular Evolution. Es más, a continuación su público ya pudo disfrutar de Run, Baby, Run, el primer tema —literal— de Tuesday Night Music Club, su debut en el verano del 93.
Aunque durante esa primera media hora de recital, el corte de aquel disco que más se festejó fue All I Wanna Do, sin duda, y eso que también acabaron sonando otros como Leaving Las Vegas y Strong Enough. Además, la artista tuvo un detalle increíble, de esos que no se ven tan a menudo, con su colega Jack Broadbent, al invitarle a subir al escenario para colaborar en All I Wanna Do. Así, el músico británico pudo mostrar cómo se las gasta con una guitarra y una petaca entre las manos y recibir un merecido aplauso... sí, tal cual, resulta que Jack es conocido por su técnica 'hip flask blues', en otras palabras, slide con una petaca vacía.
Fotografía: Noches del Botánico / Víctor Moreno |
"Salvo excepciones, el nivel musical del Botánico supera la calidad musical de un concierto de Taylor Swift con creces, eso es indiscutible", me comentó Julio Martí, Director Artístico de Noches del Botánico, justo antes de comenzar esta edición. No, en absoluto, ni Jack Broadbent ni Sheryl Crow eran esas "excepciones".
En cuanto a ella en particular, el concierto fue impecable. Hoy por hoy no goza ni de la mitad de la atención mediática que recibe su compatriota Taylor Swift y quizás sus días de gloria pasaron definitivamente, pero su nivel continúa estando fuera de toda duda. En clave de country o rock, a veces más pop; con guitarra en la mayoría de ocasiones —tanto electroacústica como eléctrica, por algo forma parte del Salón de la Fama del Rock and Roll— alguna con bajo, solo con micrófono... Sheryl se salió hasta el punto de que parecía que estábamos escuchando un álbum en directo. Demasiado bonito, aquello era un reventón musical en el mejor sentido de la expresión —si esta existiera o al menos con el significado de "juerga" en México—.
Por cierto, al mismo nivel junto a la norteamericana, su banda; tal vez brilló especialmente el guitarrista Audley Freed, que dejó unos cuantos solos de muchísima calidad. Por ello, gracias a una y otros, se vivieron grandes momentos en plural, como cuando ella mencionó a Cat Stevens antes de entonar The First Cut Is The Deepest.
Más clásicos, los de su homónimo y segundo trabajo de estudio. De manera que sonaron títulos como Hard To Make A Stand, A Change Would Do You Good, Everyday Is A Winding Road o If It Makes You Happy, con el que terminó el concierto a falta de los bises y al filo de la medianoche. El broche definitivo, Steve McQueen; listón muy alto después de algo más de hora y media de espectáculo. Una artista de raza que demostró por qué sigue ahí a pesar de los nombres de moda y a la que una tormenta de verano no amilana, no. Para fuerza, ella misma.
Texto: Alberto C. Molina
Fotografías: Noches del Botánico / Víctor Moreno
Fotografía: Noches del Botánico / Víctor Moreno |
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