MARÍA SOLÁ (JORDANA B.): "LA HISTORIA ESTÁ PLAGADA DE HOMBRES CONSAGRADOS QUE CANTAN FATAL" [ENTREVISTA]
Hija de dramaturgos, María Solá (Buenos Aires, 1996) quiso dedicarse a la poesía, su pasión desde niña. Después la música se convirtió en su objetivo y nació el proyecto Jordana B. En 2020 fichó por Subterfuge Records y desde entonces, canción tras canción, la artista hispano-argentina no ha parado de sumar reproducciones y seguidores. Su próximo concierto, el 5 de abril en el Teatro La Jaramilla de Coslada, en el marco del ciclo Coslada Sonora impulsado por el Ayuntamiento del municipio madrileño.
Lo primero es lo primero, ¿recuperada después de actuar en La Riviera junto a tu banda como invitadas del concierto de Niña Polaca o seguís en shock?
¡Recuperadísimas! Ya habíamos tocado en la Riviera dos años atrás con La La Love You y otra vez en la final del MadCool. También este año hemos tocado en sitios con mucho aforo como la Plaza Mayor de Madrid, por ejemplo, nos manejamos bien en escenarios grandes.
Y te lo querías perder... me refiero a que empezaste escribiendo poesía. De hecho, lo que más te gustaba era escribir y lo que menos trabajabas, la música. Incluso reconocías que tenías más “morro” que buena voz. ¿Has progresado adecuadamente durante estos años o sigues prefiriendo escribir por encima de todas las cosas?
Creo que sigo teniendo mucho “morro” y tiro bastante de actitud. Aunque he progresado bastante estos últimos cuatro años, también me he dado cuenta de que muchas veces la gente prefiere a una buena frontwoman que a una buena cantante. La historia está plagada de hombres consagrados que cantan fatal, pero que con su “personaje” han conseguido posicionarse... digo "hombres" porque tías hay menos, de todo, como siempre. A mí me gusta mi voz y no lo voy a negar, pero no soy una buena cantante, soy una buena frontwoman.
Aquí en Madrid comenzaste a escribir y a moverme por los círculos poéticos con Sandra Sabater, guitarrista de Ginebras, casi nada. ¿Cómo recuerdas aquella etapa?
Sí, nos lo pasábamos muy bien. Hicimos varios micros abiertos y un bolo pequeño en el Lucy en el que conseguimos reunir 300 euros y alquilar la Siroco para dar nuestro primer concierto en formato más amplio e invitar a la banda que estaban creando Sandra y Magüi en ese momento, Ginebras. Fue el primer concierto de las dos bandas en una sala. El cartel está por ahí, fue un día emocionante.
¿Aprendiste alguna lección valiosa que sigas aplicando en tu carrera?
De ahí saqué muchísimas lecciones y absolutamente todas las sigo aplicando en mi día a día. Pero hay una que se me quedó grabada y es que las cosas se pegan; el entusiasmo se pega, el interés, la motivación y el talento se pegan. Si quieres hacer algo, rodéate de gente que esté haciendo eso, porque así vas a entender muchas cosas y saber cómo dar el primer paso.
A propósito de Madrid, ¿sigues pensando que en el terreno cultural otras ciudades como Buenos Aires nos superan con creces?
Me gusta esta entrevista [risas]. Hay muchx enamoradx de Buenos Aires por ahí, como yo, y tienen razón, porque Baires es una ciudad inspiradora, pero Madrid no se queda atrás y por eso hay tanta gente de Buenos Aires viviendo en Madrid… por eso y por la inflación. Todos coinciden en algo: son dos ciudades que se parecen mucho.
Entonces, un buen día, o malo, según se mire, por “un ataque de rabia y de frustración” y "cansada de aplaudir a los tíos del escenario", esas fueron tus palabras, escribiste Dicen de ti, tu primera canción. ¿Eso fue así o lo he resumido mucho?
Está resumido que te cagas. Básicamente tras años saliendo con músicos me di cuenta de que a mí lo que me gustaba era la música. Ellos también, claro, pero digamos que la música era lo que más me gustaba de… ellos [risas].
Por cierto, a la hora de pasar de los versos a una canción, ¿cómo haces tú para trasladar todos esos sentimientos a melodías que después animan a otras personas?
Pues generalmente se me ocurren en “momentos en blanco”. Estos son momentos en los que tu cabeza no está ocupada y comienza a divagar por donde ella quiere. Yo para componer melodías siempre doy paseos largos y voy tarareando. Si no, en la ducha. En la ducha me pasa un montón. Leandro Tudela la compuse entera bajo la ducha, la factura... Paris Hilton en un paseo que di de dos horas y media cuando me dieron una baja. La creatividad necesita la cabecita desocupada para hacerse hueco.
¿Entonces hasta qué punto son autobiográficas tus letras? ¿Cuánto hay de ficción y de realidad?
95% realidad 5% ficción.
Por cierto, ¿tu estilo sigue siendo inclasificable o alguien ha conseguido etiquetarlo con éxito?
¡Ah! Depende de la semana [risas].
Hay quien afirma que, desde la pandemia, los
gustos del público han cambiado y las llamadas “músicas urbanas” lo han
revolucionado todo. ¿Estás de acuerdo?
Creo que todo está en constante evolución. Todo queda, todo cambia, todo se transforma, como diría Drexler.
En 2020 fichaste por Subterfuge y la primera canción que lanzaste con tu actual sello fue Mala Feminista. Un tema que compusiste con motivo de un 8M y en el que hablas de que por ser mujer parece que tienes que sacar canciones sobre feminismo. ¿Piensas igual?
El motivo por el que compuse esa canción fue porque tuve una discusión con una chica en la que ella me decía que yo no era “lo suficientemente feminista”, por hacer algunas cosas que ella consideraba no haría una “buena feminista”. Me dio mucha rabia esa discusión y, al final, lo que quise hacer con la canción fue una burla hacia todas las personas que intentan adoctrinarte sobre cómo defender tu propia lucha. El poder reside en la unión y no en la búsqueda de las diferencias. Para terminar, diré que soy feminista hasta la médula y quien venga a decirme que no... se va a llevar una buena canción.
En su día comentaste que sentías “mucha presión” a propósito del tema del feminismo, porque parece que tienes que “usar tu altavoz para dar ejemplo” y “un discurso ideológico coherente”. ¿Sigues sintiendo esa presión o lo llevas de otra manera después de este tiempo?
Yo creo que el feminismo es lo mejor que nos ha pasado desde que tengo uso de razón. Esta cuarta ola ha salvado a un montón de personas en todos los sentidos. A mí no me gusta hacerme la pedante porque siempre va a haber cosas que no voy a saber, pero hoy en día considero que aquellxs que afirman “no creer en el feminismo” o “según en qué tipo de feminismo” son personas muy atrasadas en todos los sentidos. El feminismo es. No es algo que puedas creer o no. No es algo que puedas elegir. Esa es mi certeza.
Otra de tus canciones, Superstar, va de una diva, pero sigo sin saber hasta qué punto tú también te consideras una diva o si solo eres una diva sobre el escenario y luego vuelves a ser María...
Bueno, al fin y al cabo, Jordana B. es un personaje creado para superar las limitaciones de María. De hecho, hay mucha gente que me ha dicho “te imaginaba de otra forma…” y es que yo en realidad soy una tía muy tranquilita y cariñosa.
¿Alguna “Superstar” o diva a la que admires especialmente?
Lady Gaga [risas].
En alguna ocasión has comentado que te ha costado muchísimo sacar este proyecto adelante y que, entre otras cosas, lo has conseguido por conservar la misma ilusión del principio. Después de estos años y de sumar experiencias en tu carrera, ¿cómo vas de ilusión?
Pues sigo manteniendo la ilusión, pero cuanto más dinero, más ilusión. Me encantaría comprarme una casita pequeña en Galicia o algo así con el dinero que me dé la música algún día [risas]. Pero estoy muy agradecida por todo lo que estamos viviendo y por todo lo que queda.
A propósito de ilusión, aquí en Coslada, este ciclo Coslada Sonora en el que vas a participar, 5 de abril, Teatro La Jaramilla, también genera mucha ilusión entre vecinas y vecinos. ¿Cómo valoras este ciclo como artista?
Yo soy plenamente consciente de lo necesarias que son estas iniciativas tanto para los artistas como para el vecindario. La música, de la clase que sea, es algo que debe llegar a todos los rincones del planeta. Y si es en un teatro… ¡mejor que mejor! Es nuestro deber como sociedad impulsar, aprovechar y demandar este tipo de propuestas.
La gente más melómana suele preferir escucharos en un recinto como una sala o un teatro antes que en un festival. ¿Para ti qué supone actuar en una sala o en un recinto similar?
Nosotras preferimos mil veces tocar en una sala que en un festival. Es algo mucho más íntimo, más bello y, además, sabes que todas esas personas que han comprado su entrada para ir son una comunidad.
Por cierto, el circuito de salas, ¿realmente ayuda a la hora de expandir vuestro público o más bien es la manera de afianzarlo?
Tocar en una sala siempre es algo mucho más arriesgado. Sin duda los festivales y los grandes eventos o ciclos te permiten llegar a más gente. Las salas son para los fieles y para la gente que va a ir a escucharte, no a darte la espalda mientras se bebe un cubata, que a veces también pasa, pero menos.
¿Y qué opinas de ese porcentaje de la población que jamás ha pisado una sala de conciertos? ¿Lo ves como un problema o como una oportunidad?
Lo veo como algo raro. Es como alguien que nunca ha ido al teatro o leído un libro. Es extraño para mí, aunque entiendo que la precariedad es algo que muchas veces dificulta el acceso a la cultura. Por eso son tan importantes estos ciclos, porque la cultura tiene que ser algo accesible para todxs.
Hablando de porcentajes, las mujeres sois mayoría en esta edición de Coslada Sonora. ¿Cómo está el circuito musical en estos momentos en términos de Igualdad?
La situación está mejorando, aunque es triste que haya sido porque lo hemos tenido que gritar, demandar y rogar. Es triste que sea porque se dan ayudas si hay X número de mujeres. Es triste que sea porque se tienen que hacer planes para que haya representación femenina en los sitios. Es triste que te llame un promotor para decirte que "está ahora muy de moda meter a bandas de mujeres en el cartel, pero que ellos no lo hacen por eso".
Bandas de mujeres, que no es lo mismo que bandas con una mujer o bandas con nombres femeninos...
Sigues encontrándote muchos carteles de festivales en los que hay una banda de mujeres entre 12 bandas de tíos y curiosamente, de esas bandas de tíos, cinco de ellas tienen nombre femenino. Por eso es triste, pero a la vez es necesario que se tomen todas las medidas que se están tomando. El rock femenino, el punk femenino, el trap femenino, no son géneros. Son más de la mitad de la población mundial y, por tanto, existen. No necesitamos que se creen nuevas cosas para que haya espacio para nosotras, nos basta con que se nos deje existir. Que se nos nombre, porque lo que no se nombra no existe, y nosotras llevamos existiendo en esta industria mucho tiempo, pero hemos tenido que pedir ser nombradas.
Y por último, ¿qué podemos esperar del concierto de Jordana B. en este ciclo en Coslada? ¿Alguna sorpresa entre manos?
Contaremos con la presencia de invitadxs muy especiales a lxs que tenemos mucho cariño.
Texto: Alberto C. Molina
Más información en instagram.com/jordana.bbe
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