XOEL LÓPEZ, 'CALDO ESPÍRITO' EN MADRID: LA LLAMA SIGUE VIVA [CRÓNICA]
El 29 de noviembre Xoel López citó a sus incondicionales en el Palacio de Deportes de Madrid para presentar su último disco Caldo Espírito (Esmerarte). La excusa oficial, este año sería la única presentación en directo del quinto álbum de estudio en solitario del artista gallego —Barcelona, dentro de unos meses—. Otro aliciente, 10 años después de aparcar su proyecto Deluxe, para la ocasión tendría lugar "un concierto dentro de un concierto" con "5 temas de Deluxe en pleno corazón del repertorio" tal y como él mismo adelantó en sus redes... Y por si fuera poco, dos nombres invitados: Morgan y Repion.
Así que no resultó extraño que el espectáculo comenzara a las 21:00 horas, puntual, al son de Albatros, de Caldo Espírito. Sin un instante que perder, nuestro anfitrión no tardó en saludar y agradecer al público el detalle de gastar su dinero, justo entre Esto no es amor y Si mi rayo te alcanzara —por cierto, esta última fue la primera canción que sonó al margen de Caldo Espírito—. "Es un concierto largo, así que calma. Vamos a seguir con Caldo Espírito, que siga la llama viva después de tanto tiempo es un lujo", Xoel comentó antes de una Mágica y eterna.
El personal estaba entrando en calor a base de ritmos tropicales, sin duda, aunque quizás el primer momentazo fue Hombre de ninguna parte. "La luna asoma un rostro diferente a este lado del mundo y la gente asoma un tono diferente a este lado del mar", el Palacio de Deportes cantó con ganas aquella letra de Atlántico, el "debut" del coruñés tras Deluxe. "Con vuestro permiso vamos a celebrar que vivimos en un país con muchos idiomas, como el galego. Este es un homenaje a mi abuelo y a la aldea de Pin", esa fue la introducción de Paxaro do demo, la pieza tribal que firma junto a su colega Baiuca y en la que no dudó en cambiar la guitarra por un par de panderetas.
"Viene un momento muy especial de la noche, un concierto dentro de un concierto, un mini concierto de Deluxe para todos los que se perdieron a Deluxe hace años", 21:30 y llegó la hora de recordar aquella etapa. Entonces Xoel presentó a sus compañeros sobre el escenario, dedicando palabras más especiales si cabe al saxofonista Tuli (Deluxe, Leiva, La Gran Pegatina) y al batería Roberto Lozano "Loza" (Deluxe, Sex Museum, Los Coronas, Calizo). Entre vítores fueron recibidas las dos primeras, Simone e Historia universal, pero aquello se vino abajo realmente con El cielo de Madrid, con la colaboración de Morgan ("nos hemos jurado grabarla pase lo que pase") y con Que no, la última de aquel "concierto dentro de un concierto" y posiblemente la canción más celebrada y coreada de la noche. "¡Viva Deluxe!" empezaron a gritar algunos individuos entre el público, fiesta total y absoluta; incluso el "¡oé, oé, oé, oé!" tornó en "¡Xoel, Xoel, Xoel, Xoel!" —cántico que sonó por primera vez en La Riviera en 2007 según recordó el protagonista—.
A las 22:00 habíamos superado el ecuador del concierto y el punto de no retorno, puesto que la gente ya celebraba y cantaba cada canción como si fuera la última... Mención especial precisamente para la siguiente tras Que no, Tierra, la canción que fue el principio después de
Deluxe, un resumen de toda la aventura, y dedicatoria también para Fernando Lamas, su
"maestro batería". "¿Cómo vais, era largo o no
era largo? Aún queda y esta la vamos a cantar todos juntos", comentó Xoel justo después de Faneca brava, como si el público necesitara un extra para cantar una De piedras y arena que incluyó una percusión grupal
alrededor de la batería. El tiempo transcurría veloz y así cayó la segunda colaboración, Repion, o lo que es igual, las hermanas Marina y Teresa Iñesta, en Elevarte caer —por cierto, el mismo tema de Caldo Espírito en cuya grabación participaron—. Entonces sí, recta final en la que el público volvió a corear aquello de "¡Xoel, Xoel, Xoel, Xoel!", por supuesto, y cuyo broche fue Tigre de Bengala, un tema ideal para que las más bailongas lo dieran todo definitivamente. La llama no se apagará fácilmente, que no, que no...
Texto: Alberto C. Molina
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