LÁZARO: "NO NOS METIMOS EN LA MÚSICA PARA LUEGO TENER MIEDO A NO PETARLO" [ENTREVISTA]
Desde que Nieves Lázaro emprendió este proyecto hace cinco años ha tenido que aguantar alguna vez el símil o el chascarrillo con aquel personaje bíblico. Confieso que yo mismo lo hice cuando preparé cierta entrevista para M21... Así que en adelante voy a tratar de contenerme y descubrir más cosas sobre el grupo y su tercer disco Pigmalión.
Nieves, no tengo la Biblia a mano, descuida, pero seguro que habrá leyendas o fake news circulando por ahí relacionadas contigo o con Lázaro. Algo que toda esa gente que se reunió el 2 de marzo en la sala El Sol en Madrid crea que es de una manera, pero…
Maldita sea, no se me ocurre ninguna leyenda, aunque ya me gustaría.
Tenía entendido que te dura la “resaca” dos meses después de la presentación del álbum en El Sol. Y que conste que he entrecomillado.
Ese concierto fue maravilloso; se generó una energía brutal y unas ganas de vivir muy potentes en todos nosotros. Hubo momentos de mucha magia. El público fue espectacular y nos devolvía un calor riquísimo. Creo que todos lo revivimos en nuestra cabeza unas cuantas veces en las semanas siguientes.
Ante un concierto así solo puedes disfrutar y dejarte llevar, ¿pero en algún momento has temido que Lázaro muera antes de hacerse un hueco en el panorama musical?
Si Lázaro muere, probablemente resucite, ¿no? Lo llevamos en el nombre. Pero realmente no, no me parece que sea sabio vivir en el miedo a que los proyectos mueran. Cuando muere una banda, hay algo de inevitabilidad que se ve venir. Nosotros estamos musicalmente muy vivos, muy unidos y estamos en pleno crecimiento, por lo que la muerte de momento no entra en nuestros planes.
¿Y miedo a que este nuevo disco Pigmalión no funcione todo lo bien que podría funcionar?
Pues te digo lo mismo que en la pregunta anterior; no nos guiamos por el miedo. No nos metimos en la música para luego tener miedo a no petarlo. Hacemos música porque nos flipa y no podemos no hacerla. Lo que luego el mundo haga con nuestra música ya no está en nuestras manos.
Algún miedo tiene que haber, porque en la canción Planeta A nos encontramos a un personaje atrapado en una pantalla. ¿Hablamos de una metáfora del mundo de la música o de esta sociedad? ¿Cuál es el mensaje en concreto?
[risas] Planeta A para mi es una letra muy especial; describe muy bien cómo me siento algunos mañanas cuando me levanto, pero no tiene nada que ver con el mundo de la música. Es como una sensación de estar viviendo dentro de un videojuego, como si fueras un personaje controlado desde fuera, miras tus dos manos y sabes que no son tuyas… ¿nunca te ha pasado? Es como una falsa sensación de control sobre tu vida.
A veces sueño cosas muy raras, pero ahora mismo no caigo... Quizás el disco en líneas generales comparta un mensaje parecido, un hilo conductor. ¿Se trata de un álbum conceptual?
No diría que es conceptual exactamente, aunque sí que está muy presente el sentido surrealista de la vida, como el que describía en Planeta A. En Alaska también hablo de ser una ficha de color en un tablero de cartón; en Amor Lego hablo de un sentir que tiene mucho que ver con el ego, el nosotros versus ellos; algo cada vez más presente con el resurgimiento de los neo-populismos, Brexit, Trump, etc. En general me obsesiona mucho todo lo que el ser humano da por hecho. A mi me parece que cuanto más miras esas cosas, más marcianas se vuelven. Supongo que de ahí también viene el plan marciano; tiene que ver con convertir lo humano en marciano.
Ya ha quedado claro que Lázaro viene de Nieves Lázaro y no de ningún evangelio, pero lo mismo aún hay quien piensa que Lázaro eres tú sola y no un cuarteto... ¿quiénes formáis el grupo actualmente?
Yo creo que en todo momento nos presentamos al mundo como una banda de cuatro, que es básicamente lo que somos. Somos Iris Banegas, Juanma Padilla, Darío Hurtado y Nieves Lázaro. Nada más y nada menos. Nosotros hemos grabado Pigmalión, aunque también hay mucho de Rafa, nuestro anterior guitarrista [Rafael Revelles], ya que la transición entre Rafa y Darío sucedió durante la gestación de Pigmalión.
¿Y si alguien cree que sois un sexteto porque da por hecho que Víctor Cabezuelo y Manuel Cabezalí son parte de Lázaro?
Pues sería muy guay que lo creyesen. Nada nos gustaría más que hacer conciertos con ese sexteto. Pero la realidad es que ellos son los dos cracks que están detrás de la producción de Pigmalión.
Me gustaría saber qué ha aportado cada uno de ellos a este Pigmalión más allá de la producción o la grabación de algún instrumento.
Manuel ha hecho un trabajo muy fino sobre la base rítmica, apretando y perfeccionando batería y bajo. Víctor y yo nos lanzábamos mis maquetas mutuamente con cambios hasta que dábamos con la estructura que pedía la canción. A Vic se le da muy bien entender qué quiere decir el artista con su canción, y empleando las mismas pistas originales, hace su magia y la canción va creciendo. El sonido de las guitarras en este caso también viene muy de la mano de Víctor. Y Manuel luego lo ha coloreado todo con el sonido propio de Pigmalión en sus mezclas y máster. Manuel también tiene su momento en el disco: el solo de guitarra de El color rojo, y Víctor es responsable de el final de la canción que se titula Pigmalión.
Víctor y Manuel han resultado fundamentales a la hora de dar forma a vuestro tercer disco de estudio, pero creo recordar que de no ser por la lata que pintó Iris...
La lata de la portada, ¡claro! El arte de Iris es casi tan importante como la música, van de la mano. Iris ha sabido plasmar todo el sentido de las canciones en sus dibujos, hechos a mano con tanto cariño.
Quiero saber cómo trabajáis en el estudio los cuatro y cómo afrontáis la composición de los temas, si todo lo hacéis juntos o tú llevas la voz cantante en todo momento.
Al estudio llegamos con casi todo claro; diría que al 90%. Siempre hay aproximadamente un 10% de improvisación. En la composición funcionamos así: yo llevo un esqueleto de canción, generalmente con una idea de beat y de bajo, y algún arreglo central, y una estructura básica, luego entre todos la vamos moldeando y dando forma, luego en casa yo filtro, edito, y concreto, y vuelvo a llevar la nueva versión al local. Y así hasta que la canción se hace mayor y camina sola.
Tus compañeros son muy importantes, pero en Pigmalión hay que hablar de otra persona que te influyó incluso antes de nacer, ¿verdad? De hecho leí que compusiste Sitio para ti rápido cuando tú eres más bien lenta...
Así es. La compuse al principio de mi embarazo y la verdad es que me salió sola. Es verdad que yo suelo ser muuuuuuy lenta componiendo. Cuando supe que estaba embarazada de Roi, me fascinaba la idea de como algo tan pequeño parece mover planetas; de como se puede querer algo que aún no se conoce… y del afán repentino de hacerle sitio en el mundo a una criatura limpia y mágica que aún no entiende lo loco que es este mundo. La canción en sí salió sola, pero la producción dio muchas vueltas, no encontrábamos el vestido ideal para ella y pasó por varias fases distintas. Al final fue Víctor Cabezuelo el que dio con la tecla adecuada, él le dio el toque de Nana galáctica que tiene. Me dijo que este era su regalo para Roi.
¿Entonces lo de grabar bandejas del horno, cazos o sartenes a quién se le ocurre? Os imagino haciendo una especie de brainstorming.
El tema de la cacerola reglamentaria en nuestros discos, viene de cómo se grabó el primer disco, Fierce (2014). Queríamos limitar los instrumentos convencionales, y empleamos mandolinas, charangos, xilófonos y todo tipo de instrumentos raros de percusión. Así, Manuel Cabezalí y yo, inventábamos ritmos golpeando sillones a modo de bombos, radiadores, sartenes y cacerolas con agua. Eso fue algo que se quedó ya para siempre con nosotros, y en cada disco, le dedicamos una sesión de grabación a la batería de cocina. En directo procuramos llevarlo cuando tenemos los medios: en la Sala Sol, por ejemplo tuvimos a Javier Couceiro como artista invitado tocando un set de cocina con cacerolas, bandejas de horno, sartenes y cajas de galletas.
¿Cómo calificarías este estilo? Quizás sea “reguetón deconstruido” como cuando en 2017 publicasteis el EP llamado RGTRN.
Pigmalión explora un montón de beats diferentes, el ritmo reguetón es solo uno de ellos, pero no es el hilo conductor. No tengo ni idea de cómo lo calificaría. Hago todo lo posible porque nuestra música sea incalificable".
En la nota de prensa de Pigmalión, tu fan número 1, Zahara, afirmó que ese EP RGTRN era una manera de decirnos que estabais probando algo y que os había salido bien. ¿Se columpió o dice la verdad? ¿Pigmalión es fruto de la experimentación?
Zahara mola mil. Escribió una carta tan bonita que nos faltó llorar cuando la leímos. No me cabe duda de que dice exactamente lo que piensa; y eso lo hace aún más maravilloso. Sí, yo diría que toda nuestra música es fruto de la experimentación, porque siempre estamos buscando lugares nuevos a los que ir con la música, eso es lo fascinante de este viaje.
¿Y habéis dado con la fórmula correcta o aún estáis buscando ese sonido?
Esta fórmula nos gusta mucho, pero eso no significa que vayamos a repetirla. Eso sería demasiado fácil, y por ende aburrido. Yo creo que para hacer arte, no hay que buscar fórmulas, sino verdades y en la música hay que buscar la atracción por ciertos sonidos, progresiones de acordes, instrumentos… lo que sea que te llame. Hay que acudir a la llamada.
¿Buscas lo mismo ahora que cuando lanzaste el primer disco de Lázaro Fierce en 2014 o han cambiado tus metas?
La verdad es que esencialmente sí busco lo mismo, que viene siendo bucear cada vez más profundo en las aguas de la creatividad y de la música.
Antes de terminar me gustaría saber cuáles son esas metas a corto y medio plazo, comenzado por los próximos conciertos o si ya tienes alguna nueva colaboración o proyecto por ahí...
Tenemos algunos conciertos programados para junio: visitaremos Zamora el 14 y tenemos una fecha en Madrid, el día 28 en la Sala Costello, que nos hace especial ilusión ya que compartimos cartel con nuestros amigos de Margaux. Estamos justo ahora cerrando más fechas, sobre todo para después de verano. También estamos trabajando en unos vídeos musicales, en directo, y es posible que grabemos algún single nuevo en breve… ¡seguiremos dando guerra en cualquier caso!
Zahara mola mil. Escribió una carta tan bonita que nos faltó llorar cuando la leímos. No me cabe duda de que dice exactamente lo que piensa; y eso lo hace aún más maravilloso. Sí, yo diría que toda nuestra música es fruto de la experimentación, porque siempre estamos buscando lugares nuevos a los que ir con la música, eso es lo fascinante de este viaje.
¿Y habéis dado con la fórmula correcta o aún estáis buscando ese sonido?
Esta fórmula nos gusta mucho, pero eso no significa que vayamos a repetirla. Eso sería demasiado fácil, y por ende aburrido. Yo creo que para hacer arte, no hay que buscar fórmulas, sino verdades y en la música hay que buscar la atracción por ciertos sonidos, progresiones de acordes, instrumentos… lo que sea que te llame. Hay que acudir a la llamada.
¿Buscas lo mismo ahora que cuando lanzaste el primer disco de Lázaro Fierce en 2014 o han cambiado tus metas?
La verdad es que esencialmente sí busco lo mismo, que viene siendo bucear cada vez más profundo en las aguas de la creatividad y de la música.
Antes de terminar me gustaría saber cuáles son esas metas a corto y medio plazo, comenzado por los próximos conciertos o si ya tienes alguna nueva colaboración o proyecto por ahí...
Tenemos algunos conciertos programados para junio: visitaremos Zamora el 14 y tenemos una fecha en Madrid, el día 28 en la Sala Costello, que nos hace especial ilusión ya que compartimos cartel con nuestros amigos de Margaux. Estamos justo ahora cerrando más fechas, sobre todo para después de verano. También estamos trabajando en unos vídeos musicales, en directo, y es posible que grabemos algún single nuevo en breve… ¡seguiremos dando guerra en cualquier caso!
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