Recuerdo que "Cifu" de Celtas Cortos se ponía muy contento cada vez que le contaban un cuento o al menos eso decía la letra de cierta canción... Sin embargo, por mucho que le gusten ese tipo de historietas, dudo que saliera o saliese del cine con una sonrisa en la boca si se atreve a ver la última película sobre el mundo de Oz y su mago. Ojo, que no es un consejo o recomendación, sino mi buena acción de la semana: ahórrate esa entrada. El caso es que, a propósito de cuentos, hace años leí un muy buen artículo en la edición española de la revista Rolling Stone
—imagínate el tiempo que habrá pasado desde entonces— sobre
el disco Eat Me, Drink Me (2007) de Marilyn Manson.
La periodista en cuestión estableció una curiosa y atractiva semejanza entre el estadounidense y el relato de Alicia en el país de las maravillas. Tanto me gustó que aún recuerdo aquello y por ese motivo he decidido continuar con el juego para dedicarle unas líneas a The High End of Low, séptimo álbum de la discografía de Marilyn Manson que vio la luz en 2009. ¿Por qué? ¿Síndrome de Peter Pan? No, no que yo
sepa. Lo que ocurre es que tras escuchar un par de canciones de The High End of Low,
no puedo evitar imaginarme al “rostro pálido” de Ohio luciendo unas
estupendas trenzas rubias, a juego con unos zapatos de charol y la cinta
de un vestido azul celeste.
En fin, no recuerdo si Alicia, la misma a
quien Enrique Bunbury dedicó una canción, vestía tal y como he descrito,
aunque eso es lo de menos. Lo de más es que Marilyn Manson aparece más
suave, se nos ha amansado, de modo que a su lado la niña parecería una
genuina delincuente juvenil dispuesta a quemar contenedores. Vamos, que
más que Alicia sería el gato hecho un ovillo en su confortable
canasto.
A tenor de Running to the Edge of the World o Into the Fire,
y pese a sus evocadores nombres, tendremos la sensación de que nos
hemos confundido de grupo e irremediablemente nos preguntaremos algo así como “¿qué
fue del supuesto satánico?”. Afortunadamente la tónica general es otra,
no mucho mejor, pero diferente. Escasean los ritmos metaleros en
detrimento de los más melódicos, pero qué le vamos a hacer, lo de
apostar por el gran público se ha puesto de moda y habrá que esperar a
que amaine el vendaval.
Lo mejor, Leave a Scar, sin duda, un sencillo que logra recordar a otros éxitos de la banda como Coma White, por ejemplo. Después, a años luz de distancia, Arma-Goddamn-Motherfuckin-Geddon, y por el mismo motivo, por ayudarnos a rememorar tiempos pasados. Porque en este caso sí se cumple aquello de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
1. Devour
2. Pretty As a Swastika
3. Leave a Scar
4. Four Rusted Horses
5. Arma-Goddamn-Motherfuckin-Geddon
6. Blank and White
7. Running to the Edge of the World
8. I Want to Kill You Like They Do in the Movies
9. WOW
10. Wight Spider
11. Unkillable Monster
12. We’re from America
13. I Have to Look Up Just to See Hell
14. Into the Fire
15. 15
Texto: Alberto C. Molina
Comentarios
Publicar un comentario