ERIC CLAPTON: 'SLOWHAND' [RETRO-RESEÑA]
Siempre ha habido apodos en el Rock ‘n’ Roll. Elvis Presley fue uno de los pioneros en todos los sentidos, incluso cuando se ganó aquello de “The King“. Los Beatles, tan de rabiosa actualidad 50 años después del lanzamiento de su primer single, también recibieron el suyo: “The Fab Four“. Incluso Eric Clapton, quien comenzó a forjar su leyenda entre las filas de The Yardbirds y Cream,
a día de hoy continúa siendo conocido como “Slowhand”, “Mano
lenta” en castellano.
Pues bien, como no sólo de pan vive el
hombre —o eso dicen por ahí—, la carrera del guitarrista no se
limita únicamente a las bandas citadas anteriormente, sino que también se ha dedicado a desarrollar una dilatada trayectoria en solitario. Slowhand vio la luz el 25 de noviembre de 1977 y fue el quinto
álbum en solitario de Eric Clapton. Grabado en su Reino Unido
natal, en Olympic Studios en Londres, y producido por Glyn Johns, se convirtió en un éxito de
ventas al otro lado del Atlántico, donde alcanzó el número dos del
ranquin estadounidense Billboard.
Después de una semana de trabajo, un sábado de fiesta y un despertar resacoso, Slowhand sería
el plan perfecto para la tarde de un domingo cualquiera. Ni siquiera tendrías que levantarte del sofá salvo para poner en marcha la
minicadena. Los primeros compases de Cocaine —versión del tema de JJ Cale del 76— agitarían tus extremidades inevitablemente, levemente o incontroladamente según… en fin, Cocaine, una de las mejores canciones
de Clapton y no sólo de este álbum.
A continuación Wonderful Tonight,
quizás la culpable de este símil dominical. Canción muy parada, tanto que como te descuides y bajes los párpados… y eso que fue el primer single del álbum allá por 1978. Lay Down Sally,
desenfadada, nos sacará del letargo a base de country —fue todo un éxito y logró el número tres en
las listas—. El mismo patrón de Next Time You See Her, aunque más sobria y a mi juicio mejor canción que la anterior, cuando quieras darte cuenta se habrá terminado.
We’re all the way
anestesia todos tus sentidos salvo uno, cómo no. Uun
breve dueto, la misma fórmula de voz femenina enfrentada a una voz masculina que
emplea el siguiente tema, The Core, por cierto, el más
largo del listado y sin duda otro de los más destacados con esa guitarra
haciendo las veces de hilo conductor y que volverá a poner de
manifiesto que el seudónimo de “Mano lenta” no hay que tomárselo al pie
de la letra —bueno, ni al pie ni a ningún rincón de la anatomía— porque
el ir y venir de los dedos de Clapton a lo largo del mástil de su
guitarra de lento, poco. Además de la voz de Marcy Levy, al final un
saxofón se unirá a la fiesta sin restar un ápice de protagonismo a
las cinco cuerdas.
May You Never se presenta como otro momento sentimental, tranquilo. Pasan los minutos, avanza el disco, y Mean Old Frisco te obsequia con más blues y rock, con el freno de mano puesto, que la
semana ha sido dura y tampoco hay que desmelenarse a estas alturas. La última, Peaches and Diesel.
¿Adivinas cómo?, ¿lenta o rápida? Así es, no podría terminar el disco de otra
manera. Una pieza totalmente instrumental y Clapton recorriendo las cuerdas de su guitarra, en esta ocasión
haciendo honor a su alias...
1. Cocaine
2. Wonderful Tonight
3. Lay Down Sally
4. Next Time You See Her
5. We’re All The Way
6. The Core
7. May You Never
8. Mean Old Frisco
9. Peaches and Diesel
Texto: Alberto C. Molina
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