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ANGELUS APATRIDA EN MADRID: LA LLAMADA DEL TRALLAZO [CRÓNICA]

Angelus Apatrida regresó a Madrid el 27 de octubre para presentar The Call, su cuarto disco. El concierto tuvo lugar en la sala Rock Kitchen, no contó con teloneros, duró dos horas y apenas concedió un segundo de respiro. 21:00 y puntualidad; mientras Guillermo Izquierdo (vocalista y guitarrista), David G. Álvarez (guitarra), Jose J. Izquierdo (bajo) y Víctor Valera (batería) ocupaban posiciones en el escenario, sonó una especie de alarma nuclear. La alarma que precedía a la descarga —literal— de trallazos, uno detrás de otro, y el primero fue You Are Next. Pese a tratarse del primer single de The Call, el público que llenaba el recinto —con capacidad para unas mil personas— se mostraba un tanto frío, a excepción de unas primeras filas que lo dieron todo en todo momento. En cualquier caso, cuernos arriba y Guillermo saludó antes de provocar el rugido del personal al presentar la siguiente At The Gates of Hell, también de su último álbum.  

"¡Así da gusto, ya teníamos ganas de volver!", y tras It's Rising y Violent Dawn —por cierto, dedicada a los antidisturbios—, Of Men and Tyrants, aquel corte de su anterior Clockwork. Antes de que el grupo albaceteño siguiera dando rienda suelta a sus instintos más 'thrashmetaleros' con Never Forget, un enmascarado se marcó un stage diving y precisamente desde el escenario se pidió un circle pit —en otras palabras, por si acaso, primero se hace un círculo y ya después lo que pida el cuerpo—. Minutos después se armó otro círculo, pero como en esa ocasión fue espontáneo, Angelus Apatrida devolvió la gentileza a su manera, con Fuck Yeah del primer disco Evil Unleashed (2006). 

"¡Quiero que nos sintamos como una puta rueda dentada!", y después de Blood On The Snow, otra de The Call, unos y otros pusieron a prueba los cimientos con Clockwork y un nuevo recadito para esos "cabrones corruptos" que nos gobiernan. El reloj amenazaba con marcar las 22:00 cuando en la pista se organizó algo así como un "pasillo infernal" y sonó Hereditary Genius, otro tema de su debut. Por cierto, a esas alturas del concierto el frío inicial se había superado y todo se celebraba a tope. Incluso una serpiente de peluche iba y venía de acá para allá.

Give Em War, The Thornmaker, The Misanthropist... las canciones seguían sucediéndose hasta que nos sorprendió un particular escanciado de birra sobre el escenario. Entonces nos sacudieron First Pleassure y su versión de Be Quick Or Be Dead de Iron Maiden y el concierto "acabó" alrededor de las 22:300. Los bises fueron The Manhattan Project, Blast Off, Legally Brainwashed con "recuerdos" para el clero en general y el cardenal Rouco Varela en particular, Versus The World y... "¡Sois muy grandes, Madrid!", sentenció Guillermo antes de dedicar "de corazón" el último tema a todo el público que se había dado cita allí: Thrash Attack. Último círculo, último espontáneo y una fotito desde el escenario para inmortalizar el regreso de Angelus Apatrida a la capital.

Texto de Alberto C. Molina a partir de su crónica original publicada en la revista La Heavy

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