SONISPHERE FESTIVAL 2012: CHÓNISFER, CAPÍTULO I [CRÓNICA]
Tú no buscas el post, el post te encuentra a ti. ¿Sabías eso? No disimules, que yo estaba igual hasta que lo descubrí hace unas horas y a la carrera... literalmente. Así es, entrenando con la lengua fuera estaba cuando me sorprendió no sólo el título de ahí arriba (va por ti, Gema, te leí en Facebook algo así y no pude resistirme), sino lo que estás leyendo ahora mismo y todo lo que tienes por delante. Tú no buscas el post, el post te encuentra a ti. Qué profundo, ¿no te recuerda a eso de si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma pero en plan 2.0? En fin, para profundo lo que viví durante la 4ª edición del festival Sonisphere en Getafe, tanto a nivel musical como del otro. ¿Cómo imaginar que entre más de 50.000 personas acabaría reencontrándote conmigo mismo?
Como diría Jack "El Destripador", por partes. En serio, estuve la última semana de retiro espiritual, dándole vueltas a los calcetines y todo, pero no logré sacar nada en claro hasta que me eché la mochila al hombro y subí al tren rumbo al dichoso auditorio John Lennon. Y escribo "dichoso" porque, aunque en principio se suponía que repetiríamos en el Getafe Open Air, después la organización cambió de recinto y el elegido fue este auditorio (más pequeño y donde en 2008 se celebró el Electric Weekend), que de auditorio sólo tenía el nombre. Salimos ganando con la modificación, pero reconozco que en ese momento a mí no me hizo gracia. Casi tanto me reí esperando en Atocha un tren con destino Aranjuez, pues esa línea, la C3, es la que tiene parada más próxima al auditorio, perdón, no auditorio.
A Parla los que quisieras y más, pero a Aranjuez... De hecho, fruto de la desesperación acabé subiéndome a uno de esos trenes sentido Parla. Menos mal que me dí cuenta a tiempo y bajé en Villaverde Bajo así como quien no quiere la cosa. Por fin apareció el #@*&$! tren y allá que fui escoltado por jebis que refrescaban sus gaznates con la primera lata de la jornada. Gente por todas partes, así que al poner los pies en la estación de Getafe Industrial y como se dice en mi barrio, un río, tal cual, un río de camisetas negras y demás indumentaria metalera al que sólo le faltó algún Cristo delante para alcanzar la categoría de "procesión estándar". Ni idea tenía de cómo llegar hasta el no auditorio, pero cualquiera se perdía por el camino.
Tenía la idea de que aquello estaría tan retirado de la civilización como el Getafe Open Air (ubicado, para más señas, donde el Cristo de antes perdió el mechero y Matusalén lo encontró mientras correteaba solo siglos antes de que nacieran más niños), pero no fue así y en 10 minutos ya estaba en la entrada siendo anillado con la correspondiente pulserita festivalera. De acuerdo, fueron más de 10 minutos porque me encontré con el resto de mi expedición y tardamos en reanudar la marcha. Entre otras cosas porque tuve que contarles por qué desaparecería poco después de acceder al recinto... entrevista en el backstage con Noodles, guitarrista de The Offspring. ¡Mi primera entrevista en inglés! Ojo, ahora añado incluso exclamaciones de júbilo, pero sinceramente en ese momento también lo eran de pánico. ¿Le entendería? ¿Me entendería? ¿Nos entenderíamos? Resiste, en un par de líneas sales de dudas.
El caso es que ya estábamos dentro cuando ¡ohhh, milagro! No era una leyenda urbana, el suelo estaba asfaltado, ¡el masticar polvo como en el Sonisphere de 2011 se iba a acabar! Por lo demás, nada del otro mundo en teoría. Un 2º escenario cerca de la entrada (o salida, según se vea), los típicos puestos de bebida y comida que en seguida se ponen hasta arriba de gente (pese a esos precios sólo aptos para dirigentes de Bankia), los toilets que en seguida se ponen hasta arriba de mierda y el escenario principal donde estaba llegando a su fin el concierto de Sonata Arctica.
¡Ohhh, otro milagro! ¡Comienza la crónica musical! Déjate de bromas porque me pesó, aunque después, cuando leí por ahí que el suyo fue uno de los directos más flojitos del festival salvo la útlima Don't Say a Word, curiosamente me dejó de pesar. Un repertorio demasiado "moderno" para sus incondicionales y un sonido peligrosamente confuso fueron las principales quejas. Seguramente estén en lo cierto estas críticas, pero tampoco pasemos por alto el problema de la acústica de ambos escenarios, que deslució en mayor o menor medida cada una de las actuaciones. De juzgado de guardia que el principal festival metalero del país con grupos de semejante nivel suene así, que quien tenga que tomar nota lo haga y corrija lo que haya que corregir.
Sonó el teléfono y abandoné al resto de mortales para adentrarme en la zona VIP guiado por la gente de Sony y Last Tour International. Era la hora de la entrevista... aunque esa hora pasó. Ya se sabe, cuanto más nervioso estás, más se retrasa el asunto. Tu turno en un análisis de sangre, tu turno en un examen de conducir... tu turno para entrevistar a Noodles. Mientras tanto aproveché para alucinar en 3D con el backstage y el ir y venir de personas entre las que reconocí a Pilar Rubio (promocionando sus modelitos según me contaron) y a Fred
Durst y Wes Borland de Limp Bizkit (más adelante te explico por qué no me costó reconocerles).
Entonces sí, me pasaron a un set donde me esperaba el mismísimo Noodles. Tantos años escuchando su púa haciendo de las suyas en canciones como Self Esteem, Pretty Fly (For a White Guy), She's Got Issues, Original Prankster, Want You Bad, Hit That o (Can't Get My) Head Around You y ahí estaba, dispuesto a compartir 15 minutos conmigo y responder a mis preguntas, si es que entendía mi inglés de extrarradio: "Good evening, my name is Alberto and I'm an editor of...". Tragué saliva, nos sentamos en el sofá, encendí las grabadoras (a falta de una llevé tres y la primera me falló) y... ¡ohhh, tercer milagro! Es decir, o él es la persona más educada que jamás ha conocido este mundo o nos entendimos perfectamente.
¿Qué le pregunté y qué me respondió? En el próximo número de La Heavy lo descubrirás, confórmate hasta entonces con la fotografía - prueba del delito porque la pela es la pela. ¿Qué fue de Limp Bizkit y el resto de la crónica incluida esa bacanal que tuvo lugar en la tienda de campaña según cierto show radiofónico? ¿Y por qué "CHÓNISFER"? Para eso no tendrás que pagar, en absoluto, pero sí tendrás que esperar a que me decida y escriba el segundo capítulo de este post, que no son horas de continuar aporreando el teclado.
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