OBÚS: 30 ANIVERSARIO EN LA RIVIERA [RETRO-CRÓNICA]
La banda que desde los 80 encabezan Fortu y Paco Laguna quiso celebrar su 30 aniversario en Madrid, en casa, y lo hizo con Fernando Montesinos al bajo y Carlos Mirat a la batería y una serie de colegas de fatigas musicales sobre el escenario de La Riviera y con 2500 incondicionales en la pista. Además, el concierto de cerca de dos horas y media de clásicos y de canciones más recientes fue grabado en directo para ser publicado en CD y DVD más adelante.
El reloj no marcaba aún las 20:45 horas cuando los primeros compases de ¡Corre mamón! sorprendieron a muchas personas todavía esperando para acceder al recinto. En esos momentos aún no se había colgado el cartel de “todo vendido” —de hecho, las últimas entradas se estaban despachando en la taquilla—, pero el aspecto del interior era espectacular. Pista abarrotada y las balconadas y las escaleras también se iban llenando poco a poco.
A pesar de que la velada había comenzado con un tema de su último disco Cállate! de 2010, durante esta primera parte del concierto viajamos atrás en el tiempo, hasta la época de la sala Canciller o del viejo Pabellón del Real Madrid, porque las canciones que brillaron fueron las más veteranas en su discografía. El primer clásico que sonó fue La raya —El que más, 1984— y el gentío no tuvo más remedio que cantar a pleno pulmón mientras el escenario se llenó de humo. A continuación, otra de la misma cosecha, Autopista, en la que Paco nos hizo vibrar con unos riffs enormes.
Sin duda alguna el guitarrista fue el otro gran protagonista del concierto con permiso de Fortu, cómo no, quien clavó o estuvo muy cerca de clavar a nivel vocal cada canción y físicamente lo dio todo, y de unos Fernando y Carlos que también estuvieron a la altura de las circunstancias en todo momento. Muy buen sonido en líneas generales para un concierto que, recordemos, se estaba grabando.
Entonces entonó Necesito más —Dejarse la piel, 1986— para lanzarse minutos después y sin tregua a por aquel himno del 81 de título Pesadilla nuclear, primera pista de su primer Prepárate que se recuperó en el concierto. De inmediato la marea de fieles la reconoció y cantó al unísono. Y si alguien tenía más ganas de karaoke, a continuación con Dame amor pudo darlo todo. El vocalista, que siempre aprovecha esta canción en directo para dejar que la gente cante a sus anchas, no hizo una excepción en esta ocasión y aprovechó para recoger los sujetadores que desde el público lanzaron. Dame amor concluyó entre aplausos y más aplausos y la gente coreando "¡Fortu, Fortu, Fortu!".
Se encaramó Fortu a la batería —ojo, a más de un metro de altura sobre el escenario— cuando acabó Viviré, pidió que los cuernos se alzaran, recordó a Dio, y a medida que la música subía, cantó aquello de "si llevaras mi rollo en la sangre” porque llegó el momento de Juego sucio. Así, tras otro final por todo lo alto, con el gentío coreando el nombre de Obús a oscuras y entonando los primeros “oés” de la noche, se alcanzó la primera hora de concierto.
Más tarde aparecieron un violinista y un teclista bajo un foco de luz a un lado del escenario. Instantes después Fortu apareció vestido con esos tonos azulados, como acostumbraba en los 80, para encarar otro momento clave, balada entre baladas: Complaciente o cruel. "Amante de una jeringuilla, íntima amiga del alcohol", La Riviera cantó con ganas. A estas alturas de concierto alguien estaría preguntándose por los invitados que aún no se habían dejado ver, pero alrededor de las 21:50 horas, el primero: Carlos Tarque. La voz de M Clan salió para cantar Él es Rock & Roll, segundo tema de Cállate!, y guiño al Rock and Roll de Led Zeppelin. Aquí hubo quien echó de menos la presencia de Juan Luis Serrano —por estar esta canción dedicada al que fuera bajista de Obús—, pero finalmente ni él ni su compañero Fernando Sánchez participaron en la celebración.
Superadas las 22:00 horas, Obús recibió a su segundo invitado: Fito Cabrales. De oscuro él, blanca su guitarra, Fito fue el elegido para ayudarles con otro clásico como Dinero, dinero y lucirse a base de buenos punteos, pues hizo las veces de guitarra principal. También cantó mientras Fortu, desde una de las barras de bar del recinto, gritaba "¡arriba esas palmas!" y se las ingeniaba para que todo el mundo siguiera el "nananá" que popularizara Wilson Pichett con su Land of a Thousand Dances. Y después de ver cómo la hinchada heavy coreó el nombre de Fito, llegó el turno de Solo lo hago en mi moto y de volver a encontrarse los cuatro a solas. Por cierto, final a lo grande, con Fortu por los suelos.
Si alguien creyó que los invitados saldrían de uno en uno, con cuentagotas, para Vamos muy bien aparecieron de golpe cinco: Óscar Sancho (Lujuria), Yosi (Los Suaves), Silver (Muro), Brigi Duque (Koma, Txarrena) y Julián Hernández (Siniestro Total). Todavía podrían haber sido más, pero finalmente Txus di Fellatio no compareció. Otra vez terminó Fortu por los suelos, en este caso con los invitados encima. Con Mal rollo y la colaboración de los raperos Dúo Kie y Cállate, dos temas de golpe del último Cállate!, alcanzamos la segunda hora de concierto a eso de las 22:45 horas.
Entonces sí, precedido por la intro de Paco a lo Van Halen, sonó ese himno de los 80 de título Va a estallar el obús. Momentazo tras el cual, sin pausa, llegó un puente en el que cada uno se marcó su respectivo solo, incluida una batucada a cargo de Carlos Mirat y Fernando haciendo las veces de batería. Quizás en otras circunstancias habría supuesto un bajón, pues se prolongó bastantes minutos, pero en medio de semejante fiesta los ánimos no decayeron lo más mínimo.
Cuando no hubo más solos y Fortu había vuelto a fardar de buen estado de forma haciendo el pino, tocó poner el broche final con Esta ronda la paga Obús, tema en el que todos los invitados regresaron al escenario. Entre globos gigantes y confeti también se unieron a esta última canción Gloria Romero (Guadaña), Denyse Sánchez (Denyse y los Histéricos) y Ariadna Sánchez —la hija de Fortu—. No hubo bises propiamente dichos, de modo que con la sintonía de Piratas del Caribe Fortu y Paco recogieron allí mismo el Disco de Diamante por el millón de unidades vendidas a lo largo de estos 30 años. Punto y final para una noche memorable.
- Texto original firmado por Alberto C. Molina y publicado en la revista 'La Heavy de mariskalrock.com'.
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