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IVÁN FERREIRO EN INVERFEST: UN VIAJE EMOCIONAL SIN MIERDAS [CRÓNICA]

Iván Ferreiro regresó a Madrid, en el marco de la 10ª edición de Inverfest, para presentar su Trinchera pop (2023) a lo grande, en el Palacio de Deportes ante unas 7.000 personas —millar arriba o abajo según la fuente—, el 13 de enero. Sobre el escenario, sus acompañantes habituales en los últimos tiempos: Amaro Ferreiro y Emilio Saiz a las guitarras, Ricky Falkner al bajo, Pablo Novoa a las teclas, Xabier Molero a la batería y Sergio Martínez a los teclados y programaciones. Por si fuera poco, las colaboraciones especiales de Santi Balmes, Zahara, Martí Perarnau IV y Juancho Marqués. La únicas notas más oscuras —literalmente—, las lonas negras que cubrían los laterales del recinto y las pantallas gigantes del recinto con imágenes en blanco y negro.

"¡Buenas noches! Sois un montón, joder, bienvenidos a la Trinchera pop. Hemos planteado esto como un viaje emocional a través de las canciones; un viaje sin paradas, sin bises ni esas mierdas", saludó el artista vigués entre La humanidad y la tierra y Dejar Madrid. El reloj marcaba las 20:45 horas y el concierto no podía haber comenzado mejor, con un sonido realmente nítido, especialmente la voz de Iván. "¿Estáis bien? Me gustaría presentar a una persona que, antes de la pandemia, no conocía de nada y me enamoré de ella... Juancho Marqués", y ambos nos sorprendieron con El faro, un tema que escribieron juntos para Paraíso 39, el último disco de este último. 

"Antes de continuar me gustaría agradecer a Inverfest por invitarnos un año más", exclamó nuestro maestro de ceremonias antes de volver a recurrir a su Trinchera pop, en este caso el tema La gran belleza y la juventud. "¿Estáis bien? ¡Vamos a bailar!", y si el personal que llenaba la pista ya se había animado con creces al son de Canciones para el tiempo y la distancia, un porcentaje bastante elevado acabó cantando El dormilón: "Ella es la esperanza de la humanidad y él escribe mientras ella duerme. Él fuma y obedece, ella habla y resplandece. Ella sonríe y devora la vida, él devora la vida y sonríe". Porcentaje que se disparó cuando sonaron los primeros acordes de Años 80, aquel himno original de su etapa en Los Piratas: "no te echaré de menos en septiembre. Verano muerto, veré a las chicas pasar. Será como aquella canción de los años 80, seré como el tipo que algún día fui".

"¿Estáis bien?", insitió. "Ahora me gustaría invitar al escenario a dos personitas que adoro, Zahara y Martí Perarnau" , y no fue casualidad que compartieran colaboración en El pensamiento circular; no, lo hicieron en calidad de miembros de Juno, su proyecto en clave de pop electrónico. "Joé, estoy muy emocionado, me mareo de la emoción", comentó Iván tras fundirse en un abrazo más que sentido con Zahara y Martí. "Si las piezas no conectan y el mundo es una mierda, cómo te las vas a arreglar. Si juntamos muchos trozos y hacemos una tregua, cientos non son una unidad", cómo se cantó y celebró En el alambre, una más de Trinchera pop, instantes antes de que el escenario se vaciara...  

Menos mal que alguien comentó al principio que no habría "bises ni mierdas de esas", porque los hermanos Ferreiro no tardaron en regresar alrededor de las 22:00 horas. Iván y Amaro, los dos solos, S.P.N.B. en acústico y ovación final para Amaro. "Esto se está acabando, una o dos a la máxima, es sábado y pondrán algo en la televisión", bromeó Iván antes de presentar a Santi Balmes, de Love of Lesbian, el último de sus invitados. Entonces infinidad de móviles se alzaron para inmortalizar el momentazo: El equilibrio es imposible. 

"Antes de irnos me gustaría que deis un aplauso para todo nuestro equipo", e incluso el chófer se llevó el suyo, un público agradecido. "Gracias a vosotros por haber venido, un puto placer", y aquellas palabras dieron paso a los versos de  Cómo conocí a vuestra madre, versos que se cantaron y bailaron como si realmente fueran los últimos... "Uno de los conciertos más emocionantes de mi vida, gracias y espero que hayáis disfrutado del viaje. Nos vemos en la próxima, os quiero mucho", no, esas manos que se agitaban diciendo adiós después de fundir Diecinueve con Turnedo sorprendentemente tampoco pusieron el broche. Sobre las 22:30 aún hubo tiempo para cantar En las trincheras de la cultura pop, entonces sí, la definitiva.  


Texto y fotografía: Alberto C. Molina

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