DEEP PURPLE: 'MADE IN JAPAN' [RETRO-RESEÑA]

A uno no le consideran referente del Heavy Metal así porque sí, un día cualquiera, de buenas a primeras. Uno se gana el título a base de álbumes intemporales y demostrándolo bajo los focos, sobre el escenario, ante el público soberano. Deep Purple hizo todo esto a la vez con un disco grabado en directo que pasó por méritos propios a los anales de la historia. Made in Japan recoge actuaciones de la banda de Hertfordshire durante su gira japonesa en 1972. 

A lo largo de tres veladas en las ciudades de Osaka y Tokio —15, 16 y 17 de agosto— los ingleses repasaron los temas de tres de sus trabajos más laureados hasta el momento, aquellos con los que se habían dado a conocer en todo el mundo: Deep Purple in Rock, Fireball y Machine Head.  

Made in Japan fue publicado el 8 de diciembre de 1972 en Reino Unido en formato vinilo, y aunque inicialmente no iba a ser lanzado al mercado en ningún otro lugar, finalmente llegó a Estados Unidos en mayo de 1973 y allí vendió más de un millón de copias. En cuanto a la grabación, cabe destacar que, al contrario que muchas otras, la banda británica no empleó arreglos en el proceso.

 

El factor "directo" no sólo no empeora el sonido de los temas, sino que lo mejora con creces. Los culpables no son otros que sus propios protagonistas. La voz de Ian Gillan, la guitarra de Ritchie Blackmore y el órgano de Jon Lord brillan con luz propia, obligando a sus seguidores a contener la respiración hasta la última nota de cada canción. Además, estas se alargan de manera notable, unas más que otras, como en el caso de Space Truckin’, que pasa de los cuatro minutos y medio del estudio a prácticamente veinte. Sin embargo, esto no resulta ningún problema, ya que lejos de aburrir, las vivas secciones instrumentales y los solos —como el de batería en The Mule o de guitarra en Smoke on the Water— logran que el ritmo nunca desfallezca.

1. Highway Star 
2. Child in Time 
3. Smoke on the Water 
4. The Mule 
5. Strange Kind of Woman 
6. Lazy 
7. Space Truckin‘

Texto: Alberto C. Molina